Cansadas. Una reacción feminista frente la nueva misoginia es el último libro de la periodista y feminista Nuria Varela y describe el hartazgo y este cansancio desde la vertiente del cansancio físico que tiene que ver con la imposición de la belleza, el cansancio ante una violencia machista que sigue creciendo, el cansancio frente a la impunidad.

Cargamos con el cansancio de estar hartas de una realidad profundamente desigual. Cansadas de la violencia. Cansadas de la nueva misoginia. Cansadas de no tener. Cansadas de estar cansadas. A través de estos capítulos, la periodista nos adentra en la cruda realidad. La historia nos recuerda que cada vez que hay un avance en los derechos de las mujeres, hay una reacción patriarcal, y la última no se está produciendo porque las mujeres hayamos llegado a la igualdad, sino porque lo parecía. Así valora Nuria Varela los avances que parecemos vivir y nos recuerda a los muchos guardianes del patriarcado que hay en la política, en el ámbito judicial, en los medios de comunicación. Es el machismo tradicional, la nueva misoginia, el neomachismo, el micromachismo, el machismo sutil, y todos siguen el mismo relato, con mensajes insostenibles y abrumadores.

Uno de los datos que remarca en sus entrevistas es la falsa percepción que tiene las generaciones jóvenes que se creen que han nacido y crecido en igualdad. «En las aulas no hay igualdad. Los informes sobre violencia de género entre los jóvenes avalan que nueve de cada diez jóvenes ha ejercido violencia psicológica sobre sus parejas». La Ley Integral contra la Violencia de Género recoge en su artículo 4 que la Igualdad entre sexos debe estar incluida en el sistema educativo, y que niños y adultos deben tener formación desde esta perspectiva. Pero esto no esta sucediendo. Está legislado. Pero no se cumple.

Éramos un país donde se miraban los colectivos feministas internacionales. Éramos, pero ya no somos. La falsa igualdad que nos creemos afecta a toda la sociedad. No hay ningún indicador que hable de igualdad. El único es el número de mujeres en las universidades. El resto de indicadores como salarios, paridad en la toma de decisiones, economía... apuntan a que sigue habiendo desigualdad. Estábamos instaladas en unos avances tan obvios y justos que hoy es increíble que la sociedad no quiera vivir en la igualdad real.

*Periodista