El PP ha pedido una comisión de investigación sobre la gestión que ha hecho el Gobierno de la pandemia. Parece una reacción a la petición de la fiscalía de que se archiven en los tribunales todas las querellas que se han presentado contra el Ejecutivo por este asunto. O lo que es peor: una pataleta por la decisión del Congreso de investigar la operación parapolicial montada presuntamente en Génova para robarle documentación al extesorero.

Por la experiencia que tenemos, las comisiones para indagar sobre cualquier escándalo no han servido nunca para nada. Como mucho, para exhibiciones personales de comparecientes o interrogadores que adoptan papeles ciertamente estrafalarios o para lanzar titulares que son útiles para los medios de comunicación, pero no consiguen profundizar en la verdad que supuestamente se busca. Y digo supuestamente porque la incoherencia y el doble rasero de los grupos parlamentarios evidencia claramente que el único objetivo es desgastar al otro. Si no, no se abrirían comisiones de investigación sobre asuntos que están por dirimirse en los tribunales.

Así, algunos consideran que sí hay que investigar las irregularidades del PP, pero no las que se le atribuyen a Unidas Podemos. Y viceversa. No se entiende. Ya que las comisiones de investigación se presupone que son alardes de transparencia, ¿por qué no aceptarlas todas?

Porque ellos saben que no es así, que su utilidad es muy limitada, salvo que lo que se pretenda sea rematar al adversario. En todo caso, estoy en esta ocasión de acuerdo con Gabriel Rufián , sin que sirva de precedente. ¿Es el momento idóneo para escudriñar en comisión de investigación la gestión gubernamental de la pandemia?

*Periodista