La perspectiva social ha estado presente en todas las decisiones del gobierno de progreso de Castelló. Cuando estamos a punto de llegar al final del mandato, es momento, una vez más, de rendir cuentas ante la ciudadanía. Es hora de mostrar nuestro orgullo por la gestión responsable y eficaz que ha puesto a las personas en el centro de las políticas municipales.

Porque si de algo estamos satisfechos es de haber conseguido orientar el sentido del gasto público para generar más bienestar en la ciudad. La realidad lo confirma. Un ejemplo: en las últimas semanas hemos visto cómo terminaban las obras de reforma de La Pineda como nuevo centro de día para personas con Alzheimer. Es la inversión social más destacada de estos cuatro años. Es la punta del iceberg de todos los grandes y pequeños proyectos de infraestructuras y servicios que hemos desarrollado para mejorar la calidad de vida de las personas más vulnerables.

Lamentablemente, hay muchos y muchas castellonenses que han sufrido los efectos de la crisis. Gentes de aquí, vecinas y vecinos nuestros, que han necesitado de ayuda para salir adelante y a quienes el Ayuntamiento ha echado una mano. En este periodo se han duplicado las ayudas a personas desfavorecidas, ayudas para alimentación, alquiler de la vivienda, electricidad o agua.

El periodo 2015-2019 ha sido el de mayor dedicación al bienestar social. Ese fue el gran objetivo del Pacte del Grau desde el primer minuto. Después de la etapa negra del PP, en la que el dinero público no se destinó a cubrir las necesidades de la ciudadanía, sino a proyectos absurdos y de recuerdo lamentable. Los anteriores gestores preferían pagar millonadas en maquetas de Calatrava o en inventarse una Ciudad de las Lenguas para colocar a sus amiguitos del alma. #CastellóMesSocial.

*Concejal de Bienestar Social, Dependencia y Juventud en Castelló