Que Castellón pinta poco para los miembros del gobierno valenciano es algo conocido. Pero de pintar poco o no pintar absolutamente nada hay una preocupante diferencia.Y para comprobarlo basta con escuchar la intervención del presidente de la Generalitat, el socialista Ximo Puig, durante el debate de política general celebrado en Les Corts esta semana. Ni una sola mención a nuestra ciudad. Ni una sola alusión a algún proyecto de futuro, alguna idea que aportar y con la que contribuir al desarrollo económico y social de la capital de la provincia.

La Generalitat nos ningunea hasta el desprecio puesto que otras ciudades de la Comunitat como Denia, Valencia, Alcoy o Alicante sí fueron nombradas y agraciadas con anuncios de inversiones. Claro que poco nos sorprende en un presidente que comenzó la legislatura hablando de bicapitalidad regional y atribuyéndole esta categoría a las ciudades de Valencia y Alicante. Poco nos asombra de un presidente que año tras año reduce las inversiones destinadas a Castellón en los Presupuestos autonómicos con recortes que alcanzan el 23%.

Poco o nada llama la atención de alguien que en dos años ha sido incapaz de apostar decididamente por nuestras playas, nuestro puerto, nuestras infraestructuras, nuestro suelo industrial, nuestra educación o nuestra sanidad. Pero sí asombra y enfurece, la pasividad con la que afronta este desprecio la alcaldesa de Castellón y compañera de partido del presidente. Amparo Marco no sólo calla y otorga sino que además ahora incluso aplaude. La presencia de la alcaldesa en la tribuna de invitados del salón de Plenos en les Corts y su posterior declaración grandilocuente respecto al discurso de Ximo Puig es un bofetón a todos y cada uno de los castellonenses. Porque loar a quien nos ningunea es creer que somos tontos y lo peor... tratarnos como tales.

*Portavoz del Grupo Municipal Popular en Castellón