La historia, a veces, está cargada de injusticias. En la historia de España, por ejemplo, las crónicas han recogido en muchas ocasiones versiones sesgadas sin tener en cuenta un visión completa de la realidad. Hay un caso muy singular: el del rey Carlos II, el último rey de la casa de Habsburgo y que ha pasado a la historia como el hechizado.

Un eufemismo doloso para el monarca que ha permanecido sepultado durante siglos, como Juana de Castilla tratada injustamente de loca. En ambos casos son mentiras historiográficas extendidas por sus enemigos y que con el paso de los siglos se han convertido en verdad.

Estudios recientes han revelado que Carlos II en realidad fue un revolucionario que heredó un reino con una inflación galopante y decidió impulsar medidas para controlar el déficit y para ello impuso una norma: se debe cobrar al príncipe para que puedan cobrar los tributos. A su muerte, España tenía mejores salarios, una hacienda saneada y menos impuestos.

En realidad, su forma de actuar fue un anticipo de las políticas liberales que tan bien funcionan. La historia ha demostrado que el liberalismo permite la creación de empleo, generar oportunidades y duplicar las prestaciones sociales. De ahí que con una economía creciendo sea un error que el Gobierno de Pedro Sánchez quiera subir impuestos, ya que se ha demostrado que nunca el aumentar la recaudación implica riqueza de manera directa.

A Castellón, por ejemplo, las medidas liberales y reformistas del Gobierno del PP han permitido que este sea un verano exitoso. Nuestra provincia se ha convertido en líder europea en materia de festivales, puesto que el Gobierno impulsó una rebaja del IVA del 21 al 10% para este tipo de eventos. Este aspecto se suma a que desde el gobierno provincial creemos firmemente en nuestra capacidad turística, en que somos una auténtica tierra de festivales.

La provincia de Castellón se ha consolidado este verano como la mayor tierra de festivales de toda Europa al lograr atraer a 676.000 espectadores a los tres macrofestivales que se han celebrado el último mes en Benicàssim y Burriana. La Diputación de Castellón bajamos así el telón de la temporada de verano de grandes festivales con unas estimaciones de más de 60 millones de euros de impacto económico en la provincia. A ello se le añade la elevada ocupación de nuestra provincia durante los meses de verano que sigue al alza.

LA PROVINCIA CIERRA agosto con unos magníficos resultados en ocupación hotelera, después de confirmar una ocupación ligeramente superior al 90% en los alojamientos de la costa, mientras que se ha alcanzado el 85% en los hoteles del interior. Los datos confirman de este modo la consolidación de altas cifras de ocupación en la provincia después de siete años de crecimientos continuados.

Hubo un tiempo y una época en que había gente empeñada en despreciar a esta provincia, pero, al final, el paso del tiempo lo pone todo en su sitio.

*Presidente de la Diputación de Castellón