Es sábado temprano, apenas ha salido el sol, salgo de casa y me dirijo al paseo marítimo de Pedraroja de Moncofa; el escenario vuelve a ser desolador. El paseo una vez más se encuentra nuevamente lleno de piedras y arena, aunque al menos, esta vez, sin grandes destrozos. A partir del lunes, una vez más, tendremos que destinar recursos municipales a su limpieza. La playa, otra vez reducida a su mínima expresión.

Luego me dirijo a la playa de Masbó, allí la avenida Mare Nostrum en su tramo final todavía está cortada. El mar la invadió, sin embargo, nada comparado con lo ocurrido en la playa Belcaire, que en los últimos 50 años ha perdido casi 200 metros, tierras de cultivo engullidas, incluso líneas eléctricas. Y el pasado jueves no fue para menos, el mar sobrepasó la zona de las dunas y el agua salada se adentró en el área rehabilitada recientemente y posiblemente perdamos la plantación de pinos allí realizada. En estos momentos el mar ya ha vuelto a su posición habitual, 200 metros más tierra adentro que hace 50 años.

Y por último, me acerco a la playa Biniesma. En su zona norte es una playa virgen que atravesaba un sendero que también ha sido arrasado, mientras que en el sur se hallan las viviendas de la urbanización Camí Cabres, algunas de ellas de nuevo maltratadas por el mar.

Todos quieren que el sur de Castellón se desarrolle turísticamente, «sería muy conveniente» que se construyeran hoteles en la zona, pero ¿cómo se va a construir un hotel, por ejemplo en Moncofa, si la playa desaparece después del verano? Moncofa es todo un referente de ocio en los meses de verano pero nunca podrá convertirse en un referente turístico invernal mientras el Sur de Castellón continúe siendo una costa abandonada por el Gobierno de la nación.

Y quien dice Moncofa dice cualquier población al sur de Burriana. El estado sí creó las infraestructuras que agravan la regresión, los puertos de Burriana y Castellón, sin embargo su inacción está siendo extremadamente dañina para el futuro de nuestras poblaciones. Desde hace décadas se sabe que la solución son los espigones, puesto de manifiesto claramente en el estudio de Cantabria de 2011, pero en casi una década no se ha construido ni uno. El Servicio Provincial de Costas en Castellón hace milagros con el limitado presupuesto de que dispone, sin embargo, el Ministerio abandona la Costa de Castellón.

*Alcalde de Moncofa