La terrible noticia del fallecimiento por coronavirus del teniente coronel Jesús Gayoso me ha conmocionado. Se trata, nada más y nada menos que del fallecimiento de un alto mando de la Guardia Civil, jefe de los Grupos de Acción Rápida, unidad que se encargó de garantizar el confinamiento de Haro en la Rioja.

El continuo goteo de fallecimientos entre los cuerpos de seguridad, Guardia Civil, Policía Nacional, Policías Locales unido a que seamos la nación del mundo con mayor porcentaje de contagiados entre el personal sanitario me ha hecho trazar un terrible paralelismo. La actual España del covid-19 se ha convertido en la Unión Soviética de Chernóbil.

En 1986 la URSS enviaba a cientos de miembros de sus fuerzas armadas. Los liquidadores, sin protección, a detener una lluvia radiactiva. En 2020, nuestra España, gobernada por quien la gobierna, está ya casi 30 días enviando a sus fuerzas sanitarias y fuerzas de seguridad a luchar contra el covid-19 sin los equipos de protección apropiados. Tenemos mucha suerte de que la mortalidad de la pandemia actual no se puede comparar con la mortalidad del accidente nuclear y también suerte de la gran preparación de nuestros sanitarios y fuerzas de seguridad pero no merecen el abandono que están sufriendo, ni ellos ni los millares de enfermos que tiene nuestra gran nación.

¿Durante cuántos días veíamos en la televisión que España se encontraba en fase de contención? ¿Por qué las máximas autoridades sanitarias no se prepararon, desde el primer momento, para lo peor?

Y A FECHA DE HOY, las fuerzas de seguridad, los sanitarios, los enfermos están luchando contra la enfermedad con toda la voluntad del mundo pero con una insuficiencia de medios fruto de una mala y tardía reacción. Y mientras los responsables de este Gobierno preocupados de si en una rueda de prensa deben de hablar de «fallecimientos con coronavirus» en vez de «fallecimientos por coronavirus», esa es la preocupación que tienen.

No es el momento de pedir responsabilidades a nadie, no es el momento de mostrar divisiones, pero si, llegada la hora, los responsables de esta pésima gestión no asumen responsabilidades de sus errores, que son evidentes, se les deberá exigir.

*Alcalde de Moncofa