Con frecuencia vemos las terrazas llenas de gente. ¿Dónde está la crisis?, solemos decir ante esta tesitura. Todo tiene su explicación. Actualmente, se calcula que en nuestro país el 50% de la población está endeudada, un 20% lucha por sobrevivir y el 30% restante no tiene deudas de importancia. Esto se podría traducir en que cerca de 70% tiene una nula capacidad de ahorro. Por eso, ya que no hay dinero para una gran casa, un coche nuevo o un crucero, se opta por tener un pequeño ocio casi a diario. Y esto es así porque se ha producido un cambio de la mentalidad. Debido a la incertidumbre laboral y económica, se opta por invertir los pequeños ahorros en pequeños placeres.

Es el chocolate del loro pero al revés. Esta expresión tiene su origen en el pasado. La historia cuenta que una familia aristócrata venida a menos, decidió ajustar su economía decidiendo qué era necesario y qué no. Después de sesudas deliberaciones llegaron a la conclusión de que tan solo podían prescindir del chocolate del loro, así que lo eliminaron de la lista de la compra. Las familias españolas han seguido el proceso contrario: como han tenido que eliminar los grandes gastos, metafóricamente el loro puede seguir disfrutando de su chocolate. O lo que es lo mismo, una cervecita o una cena no causará un trastorno en la cuenta corriente, y en cambio reforzará nuestra salud mental, pues según un estudio de la Universidad de Oxford, quedar con amigos estrecha los vínculos afectivos, mejora la autoestima y potencia el sentido del humor. Porque en la prosperidad nuestros amigos nos conocen, mientras en la adversidad conocemos a nuestros amigos. Por último, conviene recordar que los amigos son como los libros: no hace falta tener muchos, tan solo hay que tener los mejores.

*Psicólogo clínico

(www.carloshidalgo.es)