La peor campaña citrícola de la historia reciente. Según las organizaciones agrarias, los productores de naranjas de la Comunitat Valenciana dejaron de ingresar la friolera de 279 millones de euros, 89 millones en el caso de la provincia de Castellón, respecto a la campaña 2018/19, lo que es un tercio menos.

¿Cómo es posible que las naranjas de nuestra provincia estén reconocidas por todos como las mejores del mundo, y sin embargo solo generen pérdidas en el campo? Algo falla.

SE DEBEN TOMAR medidas urgentes. Hay que garantizar la continuidad de la agricultura, no solo porque es un sector económico fundamental que genera riqueza y empleo, sino porque aporta productos de primera calidad, y además porque es garantía de conservación del medio ambiente.

Es necesario elaborar un plan conjunto que permita sentar las bases del futuro de un sector que ha sido un pilar importante en lo que hoy es Castellón y la Comunitat, y que debe seguir siéndolo. Es hora de analizar el problema con seriedad y rigor, conocer las soluciones y poner el remedio, destinando la inversión necesaria. No podemos esperar más. Desde el consenso político y social. Hay que renovar las estructuras de producción, rejuvenecer la masa social, introducir nuevos mecanismos de cultivo y apostar por nuevas vías de distribución y comercialización. Es decir, dar valor a toda la cadena.

LAS ADMINISTRACIONES están para ayudar, para habilitar medios, para unir esfuerzos y liderar procesos y cambios. Y es evidentemente que la agricultura necesita más que nunca el apoyo decidido desde todos los ámbitos.

Y eso incluye la protección de los mercados. Al problema estructural que padece de manera crónica el campo, se ha unido en la última campaña la competencia desleal llegada desde países como Sudáfrica, gracias a los acuerdos comerciales a gran escala que la Unión Europea tiene con el país.

Y cuando todavía estamos lamentándonos del nefasto resultado, los agricultores han recibido un nuevo mazazo: Europa ha alcanzado un nuevo acuerdo comercial con los países del Mercosur que va a situar a los cítricos como el sector más perjudicado. De hecho, un informe de la propia Generalitat valenciana así lo anticipa.

HAY QUE DETENER esta afrenta cuanto antes. ¡Menudo negocio se ha cerrado para Castellón! Los cítricos no pueden ser moneda de cambio. Defendamos de una vez, unidos, lo nuestro. Por nuestro bien y nuestro futuro.

*Alcaldesa de Vall d’Alba, diputada provincial y vicesecretaria del PPCS