En Vila-real, orgullosos de nuestra historia, de lo que hemos recibido de nuestros antepasados, nos esforzamos por recordar que nada surge de la nada. Que lo que disfrutamos hoy es fruto del trabajo y del esfuerzo de muchos hombres y mujeres que cooperaron para construir ese proyecto colectivo que hoy es una ciudad que avanza, moderna, innovadora, solidaria, emprendedora y acogedora. Pero también una ciudad que no olvida los valores que la han llevado hasta aquí.

Si nada de lo material surge de la nada, tampoco los valores que inspiran cada una de las creaciones humanas surgen de la nada. Somos un pueblo relativamente joven, fundado por un rey cristiano, Jaume I, en el año 1274, que ha sabido superar las dificultades unido. Un pueblo, también, que ha sabido reinventarse como pocos.

En 1589, un humilde fraile alcantarino, un humilde pastorcillo nacido en la localidad zaragozana de Torrehermosa, se instaló en nuestra población, concretamente en el convento construido sobre la ermita dedicada a Nuestra Señora del Rosario. En tan solo tres años como ciudadano de Vila-real, puesto que falleció en su humilde celda en 1592, Pascual Baylón nos marcó para siempre. Su amor a la eucaristía, pero sobre todo su humildad y sencillez, su dedicación a los más necesitados, su esperanza y alegría, le convirtieron en el ciudadano de Vila-real más internacional de la historia de nuestro pueblo. Patrón de los cocineros, patrón Eucarístico Internacional, patrón de nuestra diócesis de Segorbe-Castellón y patrón de Vila-real, los valores de San Pascual han sido guía, luz y camino para todos en nuestra ciudad. Estos valores, transmitidos de generación en generación, han sido fundamentales para la construcción de nuestro proyecto colectivo como pueblo. Nosotros elegimos a San Pascual como patrón, a su ejemplo. Elegimos a un pobre y humilde, pero alegre y enamorado de la vida, fraile franciscano que predicaba con su ejemplo de dedicación plena a los demás. Esos valores y ese ejemplo han marcado nuestro carácter y lo han hecho para bien.

Por eso, porque queremos continuar transmitiendo a las nuevas generaciones los mismos valores, porque son buenos para la convivencia y para el progreso, celebramos con ilusión y entusiasmo las efemérides de su patronazgo y, este año, el cuarto centenario de su beatificación. Por eso también, para transmitir los valores de nuestro patrón de forma permanente, hemos impulsado desde el Ayuntamiento la fundación de San Pascual. Durante estos siglos, estos valores pasaban de padres a hijos; hoy, las nuevas tecnologías y los avances nos permiten hacerlo de otras formas: conferencias, publicaciones, audiovisuales, redes sociales… El nuevo lenguaje social puede ser un excelente vehículo para transmitir y colaborar todos juntos en transmitir el ejemplo de San Pascual, algo bueno para todos y para todas. Continuará...

*Alcalde Vila-real