Ala cola están los niños valencianos tras cuatro años de imposiciones por parte del señor Marzà. Quienes venían a mejorar la calidad educativa de la Comunitat Valenciana, resulta que se olvidaron de mencionarnos que el cambio sería para peor. Y es que ya lo predijo Rajoy: «cuanto peor, mejor para todos».

Eso debieron de pensar los miembros del Botànic cuando leyeron el informe PISA la semana pasada. Nuestros alumnos están por debajo de la media española, siendo los cuartos con menos puntuación en ciencias y matemáticas. España suspende en niveles generales. ¿Mal de muchos, consuelo de tontos? Pues, disculpen, pero no. En Cs no nos conformamos, pero tampoco nos extrañamos.

Esto es lo que pasa cuando cada vez que se cambia el Gobierno, se cambia la ley. El bipartidismo ha sido incapaz de mantener la misma normativa más de una legislatura, mareando a padres, alumnos y profesores para salvaguardar sus intereses y no los de todos. Y ¿qué ha hecho el Botànic? Mucho ruido pero pocas nueces. Sus esfuerzos se han concentrado en intentar calcar la hoja de ruta catalana, con una inmersión de tapadillo, coartando las libertades y lo más grave, incumpliendo sus propias promesas de acabar con los barracones. Todo ello nos ha llevado directamente a un suspenso como una catedral.

La Educación, señores, requiere de un pacto de Estado para una generación porque es una de las patas fundamentales de nuestro Estado del Bienestar, es el arma que permite desarrollar un pensamiento crítico y es lo que hace un país mejor. Mientras los que nos gobiernan no quieran entender esto, seguiremos a la cola.

*Portavoz provincial de Ciudadanos