Venían a rescatar personas, pero los gobiernos tripartitos de la izquierda de la Generalitat y del Ayuntamiento de Castellón han puesto a los castellonenses literalmente, a la cola. No hay derecho, especialmente en estos momentos de pandemia de coronavirus.

Siete meses después del decreto del estado de alarma, los vecinos de Castellón tienen que soportar largas filas, y muchas horas de espera, con los riesgos que ello conlleva por la actual situación, a las puertas de los centros de salud de la capital de la Plana con la esperanza de poder al menos conseguir una cita con su médico, hartos del teléfono.

Esta semana visité el centro de salud del Palleter, con 30.000 tarjetas SIP, o el Hospital Provincial, con más de 200 días para operar. La situación de los profesionales y de los pacientes es descorazonadora. No cabe más indignación. Los sanitarios están haciendo un esfuerzo sobrehumano. Hacen falta más profesionales, más rastreadores, más medios técnicos e infraestructuras. El PSOE nos da gato por liebre. Sus recortes nos llevan al colapso en las urgencias, en los centros de salud, en la lista de espera, en los cuatro consultorios de la ciudad que hoy siguen cerrados y que perjudican a 15.000 vecinos.

Los que se erigieron como adalides de la sanidad pública y de calidad la están llevando a la ruina. La Generalitat de Puig asegura haberse volcado en la lucha contra el covid, pero a costa de no atender el resto de enfermedades, para desespero de unos pacientes cada vez más impacientes. Y la alcaldesa de Castellón, calla y consiente esta situación. Es hora de invertir en la Sanidad y buscar soluciones. No hay tiempo que perder. Por el bien de todos. H

*Portavoz del PP en el Ayuntamiento de Castellón