Castellón ha dinamizado su agenda feminista con fuerza y con buenos contenidos. No hay nada mejor para avanzar como la confluencia de las mujeres, su complicidad, y pasar a la acción con tanta sororidad. Por un lado, el calendario de actividades de la Xarxa Feminista pels Bons Tractes está siendo exitoso, atrayente y, por otra parte, la presentación del Manual d’Estil per al tractament de la violència masclista i el llenguatge inclusiu en el mitjans de comunicació realizado por La Unió de Periodistes del País Valencià con la colaboración del Ayuntamiento de Castellón. Constituye una iniciativa imprescindible para los profesionales de la comunicación.

El manual es una importante herramienta de trabajo para informar con perspectiva de género, para romper prejuicios y desconocimiento y para visibilizar la violencia machista como una de la prioridades de la acción ciudadana y políticas, no como un suceso aislado. Es una guía fundamental para que la información sea inclusiva y correcta en el contexto profesional y ciudadano. Sin perspectiva de género no se puede hacer buen periodismo.

A las puertas de un nuevo 25 de noviembre, la justicia de Irlanda ha absuelto a un hombre acusado de violación al señalar como justificación y consentimiento implícito de la víctima «llevar un tanga». La justicia sigue desprotegiendo y cuestionando a las mujeres, su credibilidad, conducta, comportamiento, su indumentaria, mientras se sigue ensalzando «la vida normal» del acusado, del autor del delito.

A las puertas de un nuevo 25 de noviembre, mujeres prostitutas quieren legalizar su sindicato blanqueando al proxeneta que pasaría de delincuente a empresario. Se confunden los conceptos y la realidad. Hay un periodismo desinformando que debería cumplir los códigos éticos. Es imposible sindicar y legalizar el sometimiento y no se puede, además, negar la existencia de la trata para la explotación sexual, porque es negar la peor esclavitud. Un 80% de mujeres prostituidas son víctimas de la trata. Es imposible legalizar la prostitución. Sindicarse es legalizar y fomentar el proxenetismo. No puede existir el derecho que tiene un hombre a comprar a una mujer. Una vez más, el poder que emana del sistema patriarcal y machista pretende blanquear a proxenetas, violadores y asesinos. Son delincuentes. Todo es violencia.

*Periodista