Quienes me conocen bien saben que el sustento económico de mi familia se fundamentó en el comercio local, una pequeña tienda de ultramarinos que tuvo que evolucionar con los años hasta convertirse en un autoservicio, de ahí que conozca muy bien el sacrifico que supone levantar cada día la persiana de un negocio. Hoy, el paradigma ha cambiado porque el pequeño comercio ya no solo tiene la competencia a la vuelta de la esquina, la tiene a través de las redes, on line y a solo un clic. Por ello el comercio debe adaptarse y con él quienes tenemos responsabilidades de gestión. Los ayuntamientos debemos posicionarnos, más si cabe, al lado de nuestros empresarios, escuchando sus propuestas, comprendiendo sus necesidades e invirtiendo en su formación, en definitiva, desarrollando políticas e implementando acciones que permitan que sean más competitivos y atractivos para el cliente, ayudando a crear las condiciones necesarias para que grandes superficies y nuestro pequeño comercio, compitan en igualdad de condiciones.

Conscientes de ello, en Benicàssim trabajamos para favorecer la creación de ecosistemas de empresas locales, ayudando a crear alianzas y fomentando las colaboraciones estratégicas favoreciendo la construcción de un tejido empresarial sólido y competitivo, porque comprendemos que la fortaleza del comercio local en nuestra ciudad, es tener un comercio unido, dinámico y motivado.

El Ayuntamiento de Benicàssim, a través de la Concejalía de Comercio junto con la Asociación de Comercios y Servicios locales (ACOSERBE), están emprendiendo nuevas acciones colaborativas que tienen como objetivo lograr que los ciudadanos decidan hacer sus compras en Benicàssim, ya que aquí van a encontrar un comercio de calidad, innovador, atractivo y cercano.

Por ello, el pasado mes de noviembre quisimos mostrar nuevamente nuestro compromiso con este objetivo y con las empresas locales, celebrando la I Gala del Comercio donde tuvimos la ocasión de poner en valor y reconocer la el sentimiento de familiaridad, entrega, servicio, profesionalidad, calidad y, sobre todo, de humanidad del comercio local.

Porque los comerciantes son el rostro de nuestra ciudad, y sus comercios el corazón, son quienes toman el pulso a nuestro día a día y llenan de vida las calles. Porque el comercio local es el alma de Benicàssim.

*Alcaldesa de Benicàssim