¡Qué fácil es estar detrás de una pancarta y que difícil es gobernar! El conseller Vicent Marzà, cuando gobernaba el PP, era uno de los manifestantes habituales en la puerta de la Conselleria. Me imagino la cara de asombro del guardia de seguridad cuando vio que aquel, al que tantas veces le había tenido que llamar la atención, ocupaba el despacho del conseller con sus zapatillas y su mochila. A lo que iba, es muy fácil pedir pero muy difícil gestionar y Marzà, si algo ha demostrado en un año de gobierno, es que dirigir una conselleria le va muy grande.

Es una persona que se esfuerza por transmitir afabilidad, cordialidad y consenso, de hecho, pierde más tiempo en revestir de diálogo cualquier acción, que la propia acción en sí. Pero ya lo dice el refranero español que es muy sabio: dime de lo que presumes y te diré de lo que careces. Bueno, el refranero y el propio Marzà, que en una ocasión, se le escapó que él gobernaba para los suyos porque para eso le habían votado.

Y en esas estamos, haciendo lo que a un partido radical le viene en gana: eliminando libertades de las familias, de los alumnos que estudian en las universidades privadas y abocando al sistema público a la mediocridad más absoluta por la falta de gestión y el ataque a todo lo que huela a trabajo, esfuerzo y excelencia. Nuevos tiempos… H

*Diputada autonómica PP