Esta semana he convocado, en el Ayuntamiento de Peñíscola, la segunda junta de portavoces de esta crisis sanitaria.

En el primer encuentro rendimos cuentas ante los grupos de la oposición, con todo detalle, de los trabajos y actuaciones que había desarrollado y coordinado el Ayuntamiento de la localidad durante los primeros días de esta crisis sanitaria.

En este segundo encuentro he trasladado a los representantes de los grupos políticos con representación en la corporación municipal un decálogo de medidas de carácter social y económico, un documento base sobre el cual debatir y consensuar las acciones a llevar a cabo para paliar los efectos de esta crisis en nuestra población.

En los últimos días mi equipo de gobierno ha estado trabajando en la reestructuración del presupuesto municipal para 2020. En el peor de los escenarios posibles de los que barajamos, nos encontraríamos con una merma de ingresos por tasas y cánones que superaría los 2,5 millones de euros. Nuestro presupuesto anual es de 14 millones. Además, hay que tener en cuenta que el Ayuntamiento va a tener que hacer frente a la ejecución de obras de recuperación del litoral tras el temporal Gloria, que no ejecuta el Gobierno, y que suman alrededor de 2 millones de euros de gasto.

Con esta situación económica, necesitamos que el Gobierno nos permita emplear el superávit resultante de la liquidación de 2019, que en el caso de Peñíscola son 3,9 millones de euros, para tomar medidas excepcionales en esta situación difícil para todos. En esta reivindicación me sumo a la petición que ha trasladado al Ejecutivo central la propia Federación Española de Municipios y Provincias. Todos los ayuntamientos vamos a necesitar disponer del superávit para afrontar con solvencia los grandes retos que nos plantea hoy esta crisis sanitaria y sus consecuencias en el plano social y económico en el corto plazo.

Las diez ideas de base sobre las que he propuesto que trabajemos de forma conjunta giran en torno a dos ideas básicas. La primera, no dejar a nadie atrás; que ninguna familia quede desatendida en nuestra población, si requiere de ayuda para cubrir sus necesidades básicas. En segundo lugar, la ayuda a la reactivación de la actividad económica. Así pues, nuestra propuesta es potenciar los servicios sociales, garantizar la protección y proyección de Peñíscola como destino seguro, rebajar la presión fiscal sobre empresas locales, poner en marcha un plan de empleo local, poner en marcha una línea de ayudas para pequeñas empresas y autónomos de todos los sectores o la dinamización del comercio local; las ideas que he puesto sobre la mesa para que, entre todos, contribuyamos a salir de esta.

*Alcalde de Peñíscola