Esta semana se ha evidenciado la importancia que tiene para el PSOE la política y España. Con su secretario general de playa en playa, ataviado con su no permanente, es clara que su preferencia es su persona. Pedro Sánchez sufre la indigestión de unas elecciones por duplicado aderezado de una pataleta infantil que le produce una incapacidad para asimilar una derrota.

Aquello de que la democracia permite que la expresión de los ciudadanos tenga un lugar privilegiado parece que no va con Sánchez. Se trata de activar el pulso de España y para eso es necesario mucho más que ese narcisismo vaporizado que desprende Sánchez. Se necesita responsabilidad y capacidad, algo imposible de percibir en quien busca aquello de no hay dos sin tres.

Si patética es la postura de Sánchez, no menos llamativa es la de Puig, alguien que de perder elecciones sabe mucho y de no gobernar todavía más. El president Puig un rehén en manos de Oltra y Montiel, sigue aplaudiendo, y ya lleva años, las canciones que desde Ferraz ponen a sus acólitos. El “no es no”, parece que también le gusta a Puig y aplaude cual aficionado el bloqueo de un país llamado España. Al final los socialistas ni comen ni dejan comer para mayor gloria de quienes manejan los hilos del gobierno valenciano. Nunca una posición tan personalista hizo tanto daño a un país. H

*Diputado autonómico PP