Después de poco más de nueve meses de sectarismo, viajes en Falcón, castigos fiscales e impuestazos y de que Pedro Sánchez haya puesto las administraciones al servicio del PSOE, después de todo eso, el martes se disolvieron las Cortes para que el 28 de abril los españoles le podamos decir, «basta ya» y «adiós» a Sánchez, y ahora también a Puig.

Un esperado anuncio que me llevó a adelantar una decisión que ya había tomado por mi amor incondicional por l’Alcora: no concurrir en las próximas elecciones como candidata al Senado para dedicarme en exclusividad a l’Alcora y los alcorinos. Porque sé por experiencia que no hay mayor honor, pero tampoco mayor responsabilidad, que la de ser alcaldesa de l’Alcora y desde ese convencimiento, mi principal y único compromiso será siempre con mi pueblo. Como siempre he hecho, como alcaldesa y también desde la oposición, ya que llegué a la política con una única máxima trabajar con rigor para tratar de mejorar la vida de los alcorinos y dar respuesta a sus necesidades y, por ello, voy a renovar mi contrato en exclusividad con mis vecinos y sus necesidades.

Lo voy a hacer, además, porque l’Alcora no merece cuatro años más de desidia, cuitas partidistas y de un Ayuntamiento que ha preferido el sectarismo al consenso y la parálisis a que sumemos entre todos por y para nuestros vecinos. Y es que el Desacord del Progrés (PSOE-Compromís) ha demostrado su nula capacidad de gestión, entre muchas otras cosas, frenando el crecimiento industrial de un pueblo que siempre ha estado a la vanguardia en el sector cerámico y que ahora ve como pueblos vecinos nos restan oportunidades y puestos de trabajo.

Por eso es más importante que nunca que el Ayuntamiento vuelva a mirar a los ojos de los alcorinos para que entre todos retomemos la senda del desarrollo y el crecimiento abandonada por culpa de la izquierda alcorina. L’Alcora lo merece.

*Candidata PP Alcaldía de l’Alcora