La semana pasada, la Policía Nacional detuvo a un hombre de 38 años, como presunto autor de un delito de lesiones después de que golpeara a otro hombre en un bingo de Castellón, acusándole de sus pérdidas por ser gafe. Al parecer, la víctima estaba tomando algo con un amigo, y junto a ellos, otra persona estaba jugando, y perdiendo, una gran cantidad de dinero en una de las máquinas, hasta que, muy alterado, se acercó diciéndole “por tu culpa perdí todo el dinero, te lo voy a meter por la boca”, asestándole dos puñetazos.

El juego de azar es considerado una diversión cuando hay un control y un gozo en sí, mientras que deja de serlo cuando implica sufrimiento y descontrol. La ludopatía es un trastorno de control impulsos pues la persona es incapaz de resistir la tentación de llevar a cabo un acto perjudicial para el propio individuo. Antes de cometer el acto, suelen sentir una progresiva sensación de malestar emocional; durante el acto se experimenta gratificación y, por último, aparecen sentimientos negativos como arrepentimiento y vergüenza. En general, el individuo cree que es su destreza la que le hace obtener ganancias, sobrevalorando sus posibilidades de ganar e incrementando la creencia de que son sus habilidades las que le dan suerte. Por el contrario, atribuye las pérdidas a factores externos como la mala suerte o el mal fario provocado por otros, como ha ocurrido en este caso. H

*Psicólogo clínico

(www.carloshidalgo.es)