Querido lector:

Al final, tras evidenciar la falta de coordinación existente entre las administraciones ahora, cuando es necesario comenzar la lucha contra los mosquitos para minimizar sus efectos perniciosos en primavera y en verano, tal y como ha ocurrido en los dos últimos años, las cosas parecen que vuelven al cauce de la normalidad institucional que requiere un asunto de estas características.

Los ayuntamientos de la provincia cuyos municipios se han visto afectados sanitaria, económica y turísticamente por estas plagas han comenzado a planificar y a dotar económicamente partidas para combatirlas. La Diputación, ante la inicial descoordinación de las diferentes consellerias implicadas por desconocimiento o por cambios de competencias con el nuevo organigrama autonómico, también ha incrementado notablemente el presupuesto para este objetivo y se ha ofrecido a coodinar provincialmente los trabajos ante la inutilidad que supone actuar particularmente contra estas plagas. Y la Generalitat, según ha confirmado el propio president, Ximo Puig, va a tomar cartas en el asunto y va a colaborar con la Diputación y con los ayuntamientos para la solución del problema, tanto con presupuesto como con medios técnicos y de personal, tal y como en la última cumbre entre ambas instituciones trataron el propio Puig y Javier Moliner.

Era el último escollo que faltaba, la coordinación institucional y la no politización del tema, para comenzar a actuar adecuadamente ante una situación nueva y grave, denunciada por empresarios turísticos por los perjuicios económicos que ha supuesto y evidenciado por los problemas sanitarios que ha ocasionado entre la población.

Esta próxima semana ya se han planificado reuniones para comenzar a trabajar. Será el momento de valorar si la voluntad política vence a los inconvenientes competenciales, presupuestarios y políticos que se han argumentado hasta ahora y en verdad en los próximos meses comprobamos una lucha efectiva y preventiva que minimice los evidentes perjuicios vividos hasta ahora.