El Barça femenino ganó el sábado la Copa de la Reina. El partido no fue retransmitido en abierto, no hubo Reina que entregara el trofeo que lleva su nombre, la presencia institucional brilló por su ausencia y el premio consistió en 0 euros. Las gradas lucían llenas y algunos medios informaron de la noticia, son pequeños avances en el reconocimiento del fútbol femenino, pero la igualdad aún está muy lejos.

Hay 30.000 jugadoras que están federadas en todas las categorías de fútbol femenino en España. Una mayor visibilidad del partido era un aliciente para ellas, pero también un estímulo para todas las niñas. La posibilidad de mostrarles que el mundo del deporte también es femenino y digno de reconocimiento. Un mensaje importante para sus compañeros niños y, por qué no señalarlo, para algunos padres. Pero, sin duda, lo más lacerante de la Copa de la Reina es ese premio de 0 euros. Se puede argüir que su limitado eco social impide dotarlo con el millón de euros de la Copa del Rey. Pero los argumentos se tambalean cuando recordamos que la Copa del Rey juvenil reporta 3.000 euros al vencedor y la Copa Federación (entre equipos de Segunda División B y Tercera) otorga 90.000 al ganador y 30.000 al subcampeón. Un fiel reflejo de la brecha salarial de género en el fútbol profesional. Al fin, esa Copa de la Reina deslucida y sin dotación económica es una oportunidad perdida para conseguir combatir la discriminación machista pero, también, ofrece una posibilidad de enmienda en la próxima edición.