Durante el presente curso hemos celebrado el 50º aniversario de la inauguración de las instalaciones de nuestro Seminario Diocesano Mater Dei en Castellón, que concluye el próximo día 7 mayo con una misa solemne de acción de gracias en la capilla mayor del Seminario. Ese mismo día del año 1966 era bendecido por Mons. Pont i Gol el complejo actual del Mater Dei destinado a albergar los seminarios diocesanos Mayor y Menor. El Seminario, la institución en que se forman los futuros sacerdotes, es una comunidad de tal importancia, que bien la podemos llamar, como han dicho los papas, “el corazón de la Diócesis”.

La celebración de esta efeméride ha suscitado en nosotros un doble sentimiento: por un lado, el gozo y la acción de gracias por esos 50 años dando buen fruto; y, por otro, la preocupación ante la escasez actual de nuevas vocaciones sacerdotales. El momento actual nos urge a implicarnos todos en la promoción de nuevas vocaciones al sacerdocio para que no se seque el corazón de la diócesis. Esto significa ponernos al servicio del nacimiento y discernimiento de las vocaciones sacerdotales así como del crecimiento y formación de los seminaristas.

¿Cómo hacerlo? Hemos de poner especial hincapié en la oración de nuestros niños y jóvenes, porque en la oración se da el encuentro con Cristo, que es quien llama a su corazón para hacerlos partícipes de la vocación sacerdotal al servicio de la Iglesia y de la humanidad. Es necesaria una predicación directa sobre el misterio de la vocación en la Iglesia. Ha llegado el tiempo de trabajar valientemente de las vocaciones al sacerdocio, como de un valor inestimable y una forma espléndida y privilegiada de vida cristiana. Conscientes de que cada uno tiene una vocación en la Iglesia. H

*Obispo de Segorbe-Castellón