Después de lo sucedido en Italia tal vez era una simple cuestión de tiempo, y al final ha sucedido: en Castellón ya hay un caso de coronavirus, una cifra que puede aumentar. El primer caso, según informó la Conselleria de Sanidad y Salud Pública, es un vecino de Burriana que había viajado en los últimos días a Milán. El joven se encuentra en el Hospital de la Plana de Vila-real, y Sanidad ha activado el protocolo por covid-19. No debería alarmar el hecho de que se produzcan más positivos. De hecho, visto el ritmo de propagación del virus en otras partes del mundo, no es descartable que en la provincia de Castellón se vean más casos. También ayer se confirmó otro caso en la península Ibérica, tras los producidos en Canarias. Fue en Cataluña, con una mujer italiana de 36 años que había viajado al norte del país transalpino. Y, poco después, uno en Madrid.

El miedo se contagia mucho más rápido que cualquier virus y, en ocasiones, puede llegar a ser más peligroso. Las autoridades sanitarias deben trabajar en un equilibro complejo. Por un lado, crear los protocolos necesarios para cada posible escenario de la propagación del covid-19, dotar de los recursos necesarios al sistema sanitario e informar con transparencia y eficacia a la población. En este sentido, el sistema sanitario valenciano, al igual que el del resto de España, está preparado tanto en términos materiales como humanos para afrontar una situación que la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que se encuentra «al borde de la pandemia».

Pero al mismo tiempo que deben prepararse para cualquier escenario de salud pública, las autoridades también tienen que transmitir un mensaje de calma, evitar el alarmismo y poner a disposición de la ciudadanía lo que la ciencia sabe en estos momentos de los efectos del coronavirus. Ayer mismo se explicó que el 80% de los casos de coronavirus son leves, el 15% graves y el 2%, críticos. El objetivo primordial de la Conselleria de Sanidad en estos momentos es contener la propagación del covid-19.

Es responsabilidad de toda la sociedad ayudar a las autoridades a que el miedo a este nuevo virus no genere un alarmismo que acabe teniendo consecuencias mucho más perjudiciales (económicas, por ejemplo) que el propio virus. La Administración debe informar con transparencia; los medios, difundir la información con prudencia, y los ciudadanos, esforzarse por seguir las recomendaciones de las autoridades sanitarias. En un mundo tan interconectado como el actual, hay probada experiencia de que los bulos viralizados por las redes sociales tienen consecuencias tóxicas. Conviene extremar la prudencia en noticias y retuits, y no ayudar a la propagación de bulos sobre los efectos del virus o supuestos remedios milagrosos.

Coordinación entre administraciones (incluida la europea); prudencia, transparencia; confianza en la ciencia, y responsabilidad forman la receta ante la amenaza de un virus que conviene no menospreciar ni exagerar. Hay que proteger a la sociedad del covid-19 y del miedo a su propagación.