Mosquitos y más mosquitos. El término municipal de Castellón está atestado, otro año, de los incómodos mosquitos. Especialmente virulenta está siendo la plaga de este año como consecuencia de las abundantes lluvias caídas en esta primavera que está a punto de terminar, acompañado de episodios de altas temperaturas, lo que ha creado el caldo de cultivo perfecto la proliferación de estos molestos insectos.

Los vecinos de la capital de la Plana ya nos han hecho llegar su malestar. El problema es especialmente grave en los barrios periféricos de la ciudad y en la Marjaleria, la zona de veraneo por excelencia de los castellonenses, que ya intuyen que van a tener que soportar nuevamente impotentes otro año de picaduras.

Se están haciendo cosas, pero no son suficientes. Hay que ser más ambiciosos en la lucha contra las plagas. Y trabajar coordinadamente con el resto de administraciones, para multiplicar los efectos del trabajo que se va realizando. Porque esto no es un problema solo de Castellón. Los mosquitos, y todas las plagas en general, no entienden de fronteras ni límites municipales.

Todavía no sabemos de qué ha servido que este año, y por primera vez en años, la ciudad se adhiera a la estrategia de la Diputación. ¿Es suficiente? Por los resultados, es evidente que no. Hace falta destinar más medios, que todos los ayuntamientos trabajen al unísono y coordinadamente y también que la Generalitat no escurra el bulto y asuma su responsabilidad.

Lo pedimos en cada ocasión que tenemos. Pero ni Ayuntamiento de Castellón, ni la Diputación ni la Generalitat se dan por aludidos. Nosotros seguiremos insistiendo.

*Portavoz del PP en el Ayuntamiento de Castellón