El 8 de marzo del 2018, Mattel estrenó la línea de Barbies Inspiring women , con muñecas que homenajean a mujeres pioneras de la historia. Una colección llena de compromiso (y ganas de vender) con una lección para las niñas: pueden ser todo lo que se propongan, siempre que tengan las facciones tan occidentalizadas como sea posible y cuenten con el índice de masa corporal de un anacardo.

En esta galería de referentes pasados por el tamiz estético de Barbie encontramos emblemas como Amelia Earhart, Rosa Parks y Frida Kahlo , entre muchos otros.

Centrémonos en la muñeca que se realizó basándose en la pintora mexicana: es difícil pensar cómo se habría podido cagarla más en todo lo que representa. Comercializar una Barbie de una célebre militante comunista ya son muchos puntos, pero seguimos sumando: ojos aclarados, vestimenta (por lo que dicen) inexacta, entrecejo reducido a insinuación y bigote borrado. Por si fuera poco el festival de agravios, la familia se quejó por esta reproducción sesgada y porque no habían dado autorización.

Si ni Frida Kahlo (a saber: genio, admirada y ya difunta) tiene derecho a mantener su bigote icónico, el resto ya podemos ir esperando. Hay un acuerdo social tan estricto como absurdo según el cual las mujeres parece ser que no tienen pelo bajo la nariz.

Y en caso de tenerlo, es prioritario proceder a retirarlo inmediatamente. Hoy en día, el pelo de axilas y piernas tienen una aceptación relativa que el del bigote envidia.

Si soy sincera, no me gusta verlo, pero me gusta menos negarlo. Retirar los pelos a medida que van saliendo es un trabajo invisible que no tiene ningún premio, solo un no castigo. Y al final cuesta dinero, tiempo, planificación mental y vergüenza.

Las mujeres tenemos pelos, y algunas tienen barba (no pregunte a Mattel sobre este tema, mejor vea el perfil @sombarbarie).

El día en que aceptemos esto será el día en que cada una podrá hacer realmente lo que quiera. H

*Humorista, escritora y guionista