Cada persona espera de la vida algo diferente y los proyectos políticos también exponen visiones distintas: es lícito. Lo que no parece aceptable es que desde tareas de gobierno se priorice la ideología sobre el sentido común o los informes de los técnicos. En la Comunitat, desgraciadamente, la acción del Consell que encabeza Ximo Puig se ha entregado a una visión sectaria de la sociedad y se ha olvidado de gobernar para todos.

Esa ideología rancia de socialistas del siglo pasado, nacionalistas-independentistas y comunistas ha trufado la acción de la Generalitat desde la educación, hasta la economía, pasando por las infraestructuras y cuestionando hasta la justicia. Lo que pocos imaginábamos es que se atreverían a entrar con este manual de ideas retrógradas hasta en la propia sanidad.

CENTRARSE en dogmatizar trae consecuencias nefastas y si uno evita planificar, la gestión se hace es imposible. Los valencianos soportan unas listas de espera para ser intervenidos quirúrgicamente que superan ya los 66.000 y eso representa una cifra de 8.000 personas más que cuando gobernaba el PP. Es lógico porque nosotros gobernamos para todos y nos ponemos en la piel de la gente, empatizamos, e intentamos resolverle sus problemas.

El hospital de Vinaròs es un ejemplo del desastre de gestión del Consell y no es de recibo que en pleno siglo XXI y en un país como España haya que adjudicar --de emergencia y a dedo-- a una empresa privada el servicio público de radiología. Y todo porque no hay radiólogos en el hospital. ¿Cómo es posible? Porque el Consell no trabaja, solo se va de retiro, y cuando caen en la cuenta se han quedado sin especialistas como ha sucedido en éste y en otros hospitales.

Trabajamos para recuperar la profesionalidad al frente de las instituciones y cuando gobernemos permitiremos que los valencianos elijan libremente dónde quieren ir y todo el dinero de los chiringuitos que han montado Puig, Oltra y sus amigos de Podemos lo destinaremos a la sanidad y también a la educación.

LOS INTERMINABLES retrasos quirúrgicos sí que son una emergencia para los ciudadanos y vamos a blindar el tiempo de espera máximo por ley. Nuestros vecinos merecen gestores con capacidad y que mejoren sus vidas, pero el actual Consell solo busca adhesiones políticas sin ofrecer nada más que descontrol a cambio.

Cuando la ideología afecta a la salud de los ciudadanos es un claro síntoma de que los inquilinos de la Generalitat han entrado en una fase fanatismo e insolvencia que aconseja darles de baja. Serán los valencianos quienes firmen ese parte en las urnas por el propio bienestar de nuestra sociedad.

*Presidenta del Partido Popular de la Comunitat Valenciana