En el cuartel general que debe coordinar el ataque del coronavirus contra la humanidad tiene que existir mucha satisfacción por lo bien que le está saliendo la ofensiva en nuestro país. Pese a un único e importante lunar --España tiene una tasa de mortalidad baja (0,5 fallecimientos al día por millón de habitantes)-- en los mapas y estadísticas que manejan se recoge el mal funcionamiento de las medidas farmacológicas, la discusión infinita y poco cualificada sobre lo que pasa, la degradación de los hospitales, el enfrentamiento entre autoridades y la desorientación de la opinión pública ante la repetida toma de decisiones contradictorias o el anuncio de políticas sanitarias luego no ejecutadas... Sobresale un dato concreto: el insuficiente número de tests y rastreamientos en relación a los contagios.

En el mencionado cuartel general la vertiente socioeconómica también debe complacer. La deuda, el desempleo y el cierre de pequeños y medianos negocios nos sitúan en la franja alta mundial. Nuestro debate interno sobre el destino del montoncito de dinero que la Unión Europea ha puesto como ayuda a nuestro alcance debe excitar. Todos cuentan con administrar su parte de esos fondos; preocupa bastante menos consensuar unos presupuestos colectivos que estabilicen lo que podemos hacer entre todos en el futuro más inmediato.

Acabamos de descubrir otra novedad para nuestras eternas reyertas internas. Tras la politización de la justicia y de la judicialización de la política nos hemos adentrado en la tribunalización de la sanidad. La arbitra una justicia con criterios tan caducados como los mandatos de quienes la administran. Ojo, que hay un nuevo clamor sobre cómo abordar democráticamente la sustitución de una presidenta autonómica, Isabel Díaz Ayuso , incapaz para su trabajo. España creía tener un problema con Quim Torra , el presidente que no preside, que no se queda y además no se va. Ahora descubre que hay desastres no ideológicos. Lo de Ayuso pertenece más bien a la categoría de la inconsistencia humana. H

*Periodista