El president Puig, emulando a Willy Fog, cuenta los días que le restan para abandonar el Palau de la Generalitat por viajes. Los más sonados han sido New York, Canadá y el de la última semana por tierras asiáticas, conociendo un poco China y Japón. La vuelta de cada uno de estos periplo ha sido una mezcla de jet lag y cuentos, aunque realidades no hemos visto ninguna.

Los últimos viajes le han servido al president Puig de coarta para no rendir cuentas en les Corts, y de paso contarnos algún cuento sobre sus fantásticas gestiones, tan irreales como divertidas. Puig se ha convertido en el Presidente ausente, donde Les Corts le incomoda y los viajes le agradan.

Todavía resuena su apuesta por el comercio exterior que nos prometió en su viaje a New York, a su vuelta parece que las palabras se las dejó en la gran manzana, dado que aquí solo percibimos la triste y dramática realidad de sus gestión. Puig ha gastado más en viajes que en ayudas al comercio exterior en el 2017. Los datos, además de ser tozudos, seguro que le harán aterrizar al president Puig de su continuo paseo por las nubes y percibir su nefasta política en materia industrial y comercio exterior.

En el 2017 el president Puig pagó en ayudas al comercio exterior 10.767,14 € de los más de 13 millones de euros que tenía presupuestados. Una cifra absolutamente ridícula por quien se jacta, cuando está fuera de la Comunitat, de querer apoyar a un sector al que luego le otorga calderilla. Lo dicho, se ha gastado más en viajes que en apoyo a las empresas que buscan expandir su comercio en el exterior. Pero esa es la tónica constante y continuada de un Consell que vive de la apariencia y nunca aterriza en la realidad. En el 2017, de 113 millones de euros presupuestados en política industrial, solo pagó 5 millones. Puig nos cuenta cuentos con los números, en lugar de dar cuentas de su gestión.

Sus cuentas en las gestión se asemejan mucho a las cuentas que ha dado sobre la presunta financiación del PSPV en campañas electorales con mordidas de empresas en ministerios bajo los gobiernos socialistas. El último viaje a China y Japón sirvió para eludir el control parlamentario de Les Corts, no dar la cara y volver a contarnos el cuento chino que acostumbra. A su regreso todavía no ha comparecido en Les Corts para hablar de la financiación ilegal del PSPV que hemos leído en los medios de comunicación. Su silencio además de llamativo contrasta sobremanera con su forma de actuar y solicitar responsabilidades inmediatas cuando estaba en la oposición. Consejos tengo que para mi no tengo, es lo que parece que se aplica el president.

Puig además de contarnos cuentos y viajar, le ha empezado a coger el gusto a hacer la cobra a Les Corts. Atrás han quedado sus palabras en la toma de posesión sobre la regeneración democrática, combatir la corrupción y dar la cara siempre en el parlamento. Esto formaba parte de un cuento, esta vez un cuento chino que empieza a ser un drama, Puig práctica ya el silencio y se ha transformado en el Presidente ausente.

*Diputado autonómico del PP