El anuncio de la consellera Carolina Pascual de que no se van a autorizar nuevas titulaciones de grado en las universidades públicas valencianas para el próximo curso implica que la nueva carrera de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte que la Jaume I había solicitado implantar para el 2020/21 tendrá que esperar. La rectora de la universidad pública de Castelló, Eva Alcón, dice entender la decisión de la responsable del departamento autonómico, por una cuestión de prudencia ante la pandemia.

Sin embargo, este impás no debe implicar de ningún modo, que la titulación duerma el sueño de los justos en un cajón sine die, ya que no resultaría comprensible para una universidad que lleva más de 10 años sin nuevos títulos y que espera que, una vez superada la pandemia, en el 2021-2022, pueda ser una realidad. En el trasfondo de todo ello subyace una problemática, que no es otra que la financiación del sistema universitario, cuya reforma se ha anunciado reiteradamente, pero que por unas cuestiones u otras, todavía no es una realidad.

El anuncio de incrementar las becas podrá suponer una ayuda para los bolsillos de las castigadas economías familiares, Sin embargo, la bajada de tasas anunciada por el Gobierno y apoyada por la Generalitat valenciana debe concretarse y no debe hacerse a costa de las instituciones que proveen educación superior, es decir, debe ser compensada. Y es preciso que el Gobierno aporte una financiación justa a la Comunitat.

El problema es que este acabe convirtiéndose en el mismo mantra de siempre, especialmente, ahora que se pretende reforzar el papel de la universidad, en la investigación y el cambio de modelo.