El presidente del gobierno provincial, Javier Moliner, se ha convertido esta semana en un espejo para Pedro Sánchez. Un cristal donde mirarse por ser todo un referente de cooperación y diálogo. Moliner ha liderado junto a los presidentes de las diputaciones de Valencia y Alicante una cumbre interprovincial, demostrando que querer es poder y que con voluntad y diálogo es posible llegar a acuerdos. El líder provincial se ha convertido así en un vivo ejemplo para aquellos que piensan, de manera equivocada, que los personalismos y las siglas de un partido están por encima del deber y la vocación de servicio del ciudadano.

Situación muy diferente es la que se vive en España alimentada por un señor enrocado en No cuyo precio puede salir muy caro al conjunto de los españoles. Hoy sus propios compañeros de partido le piden que reflexione y que admita que el Partido Socialista tiene que asumir su papel de oposición y dejar que gobierne el partido más votado. Pues bien, yo hoy también digo no. Digo no a la política de confrontación y enfrentamiento y digo Sí a que el señor Sánchez se contagie de la estela que deja un presidente de la Diputación comprometido con la provincia y los castellonenses y que ha demostrado que más allá de los colores políticos está la vocación de servicio, la responsabilidad y el deber de los que hemos sido elegidos para velar por los intereses de los ciudadanos y por el buen funcionamiento del país. H

*Senadora PP por Castellón