La política sirve para mejorar nuestra sociedad, para que las condiciones de vida, de las futuras generaciones sean mejor que las pasadas. Un punto fundamental de un servidor público es dar cuenta de sus acciones, dar la cara, más si cabe cuando quiere la confianza de las ciudadanos para aplicar sus medidas.

Pedro Sánchez pasó más de mes y medio sin dar la cara públicamente tras las crisis del uso del avión oficial para su disfrute privado en el FIB. Pero esto no es todo, durante la campaña está intentando esconderse de los medios de comunicación y se niega a un cara a cara con Pablo Casado. La ausencia de un proyecto de país quedó de manifiesto en su presentación de una moción de censura que no fue constructiva sino destructiva, pero se hace más palmaria con cada aparición pública que tiene; por eso las evita.

ESTA AVERSIÓN de Sánchez a dar la cara contrasta con la actitud de Pablo Casado, que no renuncia a ningún foro donde pueda demostrar que tiene el mejor proyecto para España, que entiende la política como ese servicio público donde lo primero es explicar al ciudadano qué se hace y por qué se hace.

Por ejemplo, no conocemos la apuesta sobre impuestos de Sánchez, aparte de subir el diésel, y quiere evitar hablar de la economía, porque sabe que en eso el PSOE no puede sacar pecho. Sin embargo, Pablo Casado propone la mayor bajada de impuestos aprobada en democracia, eliminando impuestos como el de actos jurídicos documentados, sucesiones y donaciones o el de patrimonio, reduciendo el IRPF al 40% o sociedades al 20%, creando las condiciones para que un autónomo pueda crear una empresa en menos de 5 días, o un blindaje fiscal al ahorro. Todo con el objetivo de reducir el paro y con la premisa que donde mejor está el dinero es en el bolsillo del contribuyente. Por eso Casado da la cara y Sánchez se esconde.

*Secretario general PPCS