Desde principio de mandato del actual equipo de gobierno en el Ayuntamiento de Castellón, nos encontramos en una situación dispar. Por una parte, se pone en marcha una herramienta nueva, decidim.castello.es, donde la ciudadanía, a través de la participación de forma telemática, puede decidir donde se gastan 1.650.000 euros del total del presupuesto municipal anual. Un sistema, que como ya viene denunciando e incidiendo nuestra federación vecinal Coasveca, no llega a toda la ciudadanía (apenas un 2% de participación en los presupuestos participativos del 2017), excluyendo a gran parte de ella con la denominada brecha digital. Y lo volvemos a decir bien alto: las asociaciones de vecinos no representamos a toda la ciudadanía, pero a bastante más del 2% seguro que sí.

Por otra parte, nos encontramos ahora con la presentación en el pleno de mayo para cambiar el nombre de la ciudad de Castelló/Castellón a únicamente Castelló.

¿Debe decidirlo únicamente el equipo de gobierno sin contar con la ciudadanía? Sinceramente, creemos que es un tema demasiado importante por lo que los vecinos de Castellón deberían opinar y decidir, y no tener miedo alguno al resultado final de la consulta. Vivimos en una ciudad bilingüe, donde conviven dos lenguas, castellano y valenciano, fruto de la normal convivencia de ciudadanos venidos desde otras tierras y fuera de España que, a pesar de ser castellanoparlantes, han convivido muchos años con las dos lenguas y decidiendo si querían nombrar a la ciudad como Castellón o como Castelló.

Llama la atención la denominación de la última de las conferencias que organiza el Ayuntamiento de Castellón para intentar convencer a la ciudadanía del cambio de nombre: El nom és Castelló.

Con respecto al sentido científico del cambio de nombre de nuestra ciudad, solo aclarar, que para muchos castellonenses, entre los que orgullosamente me encuentro, el nombre del lugar de nacimiento, desarrollo de su vida y por tanto referente ineludible de la historia personal, es una marca de identificación que nos acompaña siempre y por tanto cuestión de piel, de sentimiento, algo de lo que la ciencia no entiende. La ciencia no se vota, los sentimientos no se sofocan bajo la mano férrea del autoritarismo. Como dirían algunos de nuestros grandes representantes literatos pertenecientes a la llamada Generación del 98, conocida sin duda por nuestros concejales, la identidad de un pueblo es un bien inalienable del que nadie puede apropiarse en nombre de la ciencia, y un derecho básico de sus habitantes el ser tomados en cuenta en cuanto a su historia se refiere.

Intentar justificar que únicamente por sentido científico se cambia el nombre de la ciudad resulta demasiado simple, o al menos para aquellos vecinos que no hemos alcanzado los niveles de intelectualidad científico-histórica que se requiere en este interesante asunto.

Nos sentimos y sentiremos de Castellón más allá de lo que la ciencia y nuestros gobernantes decidan. Las mejores soluciones en democracia pasan primero por el diálogo. Diálogo con los vecinos y no tomando decisiones autoritarias dando la espalda a lo que piensa y siente la ciudadanía.

Es un hecho comprobado que aquellos gobiernos que ejercen la participación ciudadana de forma directa consiguen muy buenos resultados, tanto en términos de bienestar de sus vecinos como en el progreso de sus ciudades El sistema democrático participativo influye en el proceso político no solo cuando los ciudadanos depositan su voto en las urnas.

Según el Reglamento Orgánico de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Castellón, vigente en la actualidad, «la iniciativa popular podrá llevar incorporada una propuesta de consulta popular local sobre asuntos de especial relevancia para los intereses de los vecinos». Por ello, hemos de reflexionar y si apostamos porque la ciudadanía decida, que lo haga en todos aquellos procedimientos de participación de especial importancia para nuestra ciudad, y el cambio de nombre de la capital de esta provincia entendemos que si lo es.

Les animo a que organicen un proceso de participación lo más sencillo posible para que el mayor número de vecinos puedan posicionarse en cual ha de ser el nombre de esta hermosa ciudad.

*Pte. Asociación de Vecinos de las Galeras y Adyacentes y vocal de Coasveca