Tras las últimas noticias sobre el apoyo de diputados baleares de Podemos a la dictadura del presidente Maduro y su golpe de Estado en Venezuela, a las puertas de otro fracaso del referéndum, con los radicales independentistas queriendo romper la convivencia de todos los españoles, atentando contra nuestra democracia y saltándose la Constitución y tras los ataques a las sedes de Ciudadanos (Cs), solo faltaba ahora la CUP atacando el sustento de muchas familias españolas: el turismo. No nos equivoquemos: si han mejorado los datos de desempleo es porque España se está convirtiendo en país de referencia para los turistas, por su calidad gastronómica y hotelera, su clima y el carácter de los españoles.

Me indigna ver cómo unos pocos quieren empañar la imagen que tanto ha costado construir en el exterior. Con muchos países competidores como destino turístico sufriendo inestabilidad política, España se ha convertido en la mejor apuesta para europeos y americanos.

Pero parece que algunos (Podemos, la CUP, Junts pel Sí) se dedican a todo menos a lo que se tienen que dedicar: mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. En estos menesteres no ocupan ni un solo minuto. No hay forma de que unos y otros dejen de dedicarse a los circos, a buscar el sensacionalismo y se centren en un proyecto político viable como el que presenta Cs. Es más fácil obviar el paro, la precariedad que sufren muchas familias y simplemente atacar a quien defiende la legalidad y los intereses de los ciudadanos. Cada uno entiende la política a su manera. Mientras ellos se dedican a saltarse las leyes y atacar a turistas y empresarios, Cs sigue con las propuestas realistas, defendiendo el interés general y un proyecto claro para España. Porque la solución es la dedicación y no la agitación.

*Diputada nacional de Ciudadanos por la provincia de Castellón