Al final habrá prórroga. La Comisión Europea ha decidido no sancionar por ahora a España por el flagrante incumplimiento del déficit del 2015, establecido en el 4,2% y que se ha elevado hasta el 5,1%. Esta decisión echa una mano a Mariano Rajoy, que no irá a las urnas con una multa de 2.000 millones de euros. El comisario de Economía, Pierre Moscovici, ha anunciado que la decisión se tomará a primeros de julio, cuando se hayan celebrado las elecciones aunque probablemente todavía no estarán claras las mayorías posibles.

La salida más probable, en la medida en que se atisbe un gobierno amigo de la CE, es que se evite la sanción pero se inste al cumplimiento de unos recortes estructurales de unos 8.200 millones de gasto en dos años. Pasar del 5,1%, al 3,7% este año, y al 2,5% en el 2017 supone ahorrar cerca de 27.500 millones, de los cuales unos 18.000 serían absorbidos por el incremento previsto de la recaudación, gracias a la reactivación económica, y el resto correspondería al mencionado recorte. Ese es el terreno de juego que delimita Europa. Quien quiera saltárselo a la brava deberá contárselo a los ciudadanos y quien prometa volver a bajar los impuestos, como ya ha hecho Rajoy, deberá explicar cómo hacerlo sin incumplir de nuevo el compromiso con la CE.