Decía Francesc Colomer, el secretario autonómico de Turismo, que la sociedad castigará a quien solo gestione rutina. Lo decía hace poco más de una semana, durante la firma del convenio para cambiar la iluminación de les Coves de Sant Josep y que la experiencia sea aún más espectacular y más memorable. En resumen, una visita totalmente diferente a la que conocemos.

Si algo ha cambiado en la Vall d’Uixó en estos tres años es que ya no gestionamos rutina. Y les Coves de Sant Josep y el proyecto turístico de ciudad son un claro ejemplo. Es evidente que el río subterráneo navegable más largo de Europa es un recurso que por su belleza natural atrae a miles de turistas hagas lo que hagas, por pura inercia. Pero en los tiempos en los que vivimos no podemos conformarnos con eso. Porque el turista tampoco se conforma. El turista ahora busca algo más.

Por eso, si tenemos algo único y que nos hace tan diferentes como les Coves de Sant Josep tenemos la obligación de reforzarlo, cuidarlo y potenciarlo. Y cambiar la iluminación que se instaló en los años 60 y se ha quedado obsoleta contribuye a ello, porque además de ofrecer una visita nueva también protegerá el entorno natural, será más sostenible y ahorrará un 80% en la factura de la luz.

Cuando hablamos de que en materia de turismo ya no gestionamos rutina lo hacemos con el apoyo de los datos. En 2015, visitaban les Coves de Sant Josep 150.000 personas al año. Ahora, hemos superado la barrera de las 200.000 entradas anuales. Y eso es posible gracias a un cambio en la gestión que apuesta por la modernidad y la innovación. La inercia ya no nos vale. Por ese motivo, el festival Singin’ in the cave es un éxito de crítica y público y el espeleokayak también ha funcionado.

El turismo que ofrecemos tampoco se limita solo a les Coves de Sant Josep, porque tenemos un relato turístico que sigue el eje del Camí de l’Aigua para dar a conocer nuestro rico patrimonio, a través del trazado que seguía la antigua acequia por el Acueducto y los dos cascos históricos, donde estamos restaurando las fuentes emblemáticas y embelleciendo, por ejemplo, el entorno de la ermita de Sant Vicent o de la plaza del Ángel. También hemos dado apoyo a iniciativas privadas como el Museu de la Fàbrica Segarra o el tren turístico panorámico.

Este proyecto de ir más allá de gestionar rutina no solo es visible a nivel turístico. En educación ya no solo cargamos de gasoil las calderas en invierno, sino que el Pla Edificant y un aumento en el presupuesto para el mantenimiento de colegios está haciendo que los centros educativos estén en mejores condiciones y que se aprueben proyectos hasta ahora olvidados, como las nuevas aulas de infantil del CEIP Centelles o la reforma de los baños en la mayoría de colegios.

Quizás es más cómodo no tomar decisiones valientes como la peatonalización de la plaza de l’Assumpció y la del Centro, que es inminente, para evitar críticas o polémicas interesadas. Pero no podemos dejar escapar la oportunidad de hacer que la Vall d’Uixó avance y se iguale a otros municipios que hace años ya apostaron por estas actuaciones que dinamizan la economía y el comercio local.

*Alcaldesa de la Vall d’Uixó