Quizás os pase a vosotros también y no sé si se merece que sufra por él, pero sí, estoy sufriendo por Pedro Sánchez.

Inmediatamente después de que ganara la moción de censura, la cual un catedrático de Derecho Constitucional etiquetó como «conmoción de censura» (porque eso, una conmoción, es lo que han tenido tanto el Partido Popular como Ciudadanos) en un excelente artículo en el que se aclaraba la legitimidad y, por supuesto, la legalidad del acceso al Gobierno de Pedro Sánchez, muchos se pusieron en su contra, incluyendo la opinión de algunos que en las redes sociales hablaban de un escrito de un periodista famoso por su posición política diestra que renegaban y lo hacen todavía de dicha legitimidad.

Ciertamente a todos les ha pillado con el pie cambiado. Sánchez ha hecho una jugada política maestra.

Y sí, nada más se vio su éxito, ya estaban las redes sociales y los medios de comunicación echando pestes, humo y criticando lo que suponían haría, tanto el presidente Sánchez como su equipo de gobierno: «estos se dedican a gastar»; «éstos no creen en la unidad de España»; llamando a Torra para dialogar, dicen que «ya está pagando el apoyo de los independentistas»; «¿dónde están ahora los pensionistas?, ya no se quejan de que no llegan a final de mes, ni salen en los medios»; «éste gastará, como siempre, lo que no hay… le dejen o no lo hará y gastará, porque el gasto son votos»; «sería una novedad que no acrecentara el problema catalán»; «los socialistas necesitan una fábrica de moneda detrás».

Y ¿qué pensar de que los presupuestos para el 2018 cuya aprobación consiguió el Partido Popular, ahora se anuncie que van a ser enmendados en el Senado (para sancionar «traiciones») por el propio Partido Popular? ¿es esto serio? Son unos presupuestos aceptados por la Unión Europea que el PSOE se ha comprometido a ejecutar. Y vemos a muchos burlándose de que el PSOE vaya a defender dichos presupuestos ahora.

Dejadle respirar he contestado yo cuando he podido, de modo que tengamos paciencia y démosle un respiro de, al menos, tres meses.

Ojalá el egoísmo propio del líder de Ciudadanos no le impida esperar, porque ese partido político es el que más tiene que perder o ganar con la espera o no, y es el que, probablemente, inicie la estrategia del ataque político. Alguien me ha dicho: espera a este fin de semana y verás. Esto lo escribo el miércoles, veremos el domingo (hoy) qué novedades hay.

¿Pero es eso lo que nos merecemos los ciudadanos de España, que sean los intereses egoístas de los líderes políticos o de los partidos políticos, pensando en las inmediatas o próximas elecciones, los que primen?

Un amigo me reconocía que yo llevaba razón cuando digo que el egoísmo impedirá la espera: «no se va a esperar» y me añadió «la única solución que tenemos es que aprendamos a gobernar en coalición» porque España será ingobernable y tras la ingobernabilidad viene el caos. Efectivamente tiene razón mi amigo cuando me asegura que no hay posibilidad de gobernar España sin coaliciones serias, porque no se puede gobernar a medio y largo plazo con apoyos puntuales. Un gobierno en minoría que solo pueda contar con algún apoyo puntual no va a ser un gobierno para beneficio de los ciudadanos, va a ser un gobierno que se preocupará de sus propios intereses como partido y como líderes que quieren asegurar su continuidad en el cargo y posición.

Por otra parte, aunque la totalidad de los miembros del actual gobierno de España tiene formación académica y la mayoría son mujeres, lo que le da un plus, estos hechos no aseguran nada. Lo mismo que su juventud tampoco, más bien al contrario. Porque, lo cierto es que, experiencia, que significa años, cuantos más mejor, cosa que no tienen, en lo poco, la tienen en la función pública, en gestionar lo que no es propio; y eso no es bueno, pues no podemos olvidar el dicho de «que lo que es de todos, no es de nadie»; y si no, que se lo digan a Urdangarin y a su socio Torres que, en lugar de tratar de vender «humo» a los empresarios, lo vendió a los políticos que gestionaban la “cosa” pública, y éstos, como el dinero no era propio, pues, se dejaron fácilmente convencer y se pasaron por alto normas de contratación de la legislación vigente, porque les «molaba» mucho tener a un chico guapo, yerno del rey, que distribuía humo, en actos públicos que salían en la tele y que les daban fama.

Vergüenza, señores vergüenza. Cosa que no han tenido muchos, en el caso Nóos o en la Gürtel o en la… y todo porque gestionan lo que no siendo propio es de todos y, no lo han respetado.

Aunque he iniciado con «dejémosle respirar» ya he manifestado mi disgusto con el hecho de que casi todos los miembros del Gobierno sean funcionarios y de que ninguno tenga años suficientes.

Pero una cosa es cierta, Huerta ha dimitido. Cosa que le honra a él y a Sánchez, pues es una práctica extraña por estos lares españoles.

Así que dejemos a Sánchez que respire un tiempo y a ver si se rodea de gente con experiencia y buena voluntad, se dedica de verdad a dialogar y consigue un acuerdo de legislatura, aunque su gobierno esté en minoría y sea monocolor. Todo sea para beneficio nuestro, como ciudadanos, como españoles.

*Doctor en Derecho