Tras la sentencia judicial del procés, ayer por la tarde Acció Cultural del País Valencià convocó manifestaciones de protesta contra la misma. Por supuesto un derecho reconocido en el artículo 21 de la Constitución Española, sin embargo algo incongruente cuando haces gala de un derecho que recoge una norma por no estar de acuerdo en otra dictada por un tribunal de justicia.

Mientras escribía estas líneas seguía en directo lo que sucedía en Cataluña porque ayer vivimos un antes y un después en la política catalana y española, más aún cuando queda un mes para el 10-N. Pues bien, los Comités de Defensa de la República (CDR) y los independentistas asaltaron y bloquearon el aeropuerto de El Prat. En este caso la libertad de expresión y de manifestación de los secesionistas estaba coartando la libertad de desplazamiento de quienes estaban esperando para salir o entrar del aeropuerto.

Por tanto, una vez más, asistimos a los que recurren a la desobediencia social y civil cuando la justicia no les da la razón y usan para justificarse los derechos y libertades de expresión, reunión y manifestación que recoge la Constitución Española en beneficio propio. La Carta Magna del País al que pertenecen pero del que reniegan.

ESTOS SON demócratas a medias, sólo defienden sus libertades: la de votar su sí, la de su libertad de expresión, la de su libertad de manifestación, la de su libertad de cátedra… en fin, ya está bien. Señores, un poquito de seny o sentido común como quieran llamarlo.

Yo siempre he dicho que toda la fuerza llevada a su extremo no es la solución a nada y ahora mismo nos encontramos en este punto. Algunos dicen que nos encontramos ante un pulso entre nacionalismos: el español y el catalán, algo que no comparto. Quizá lo ven por la situación de excepción a la que hemos llegado, pero todos sabemos que las heridas abiertas que son difíciles de taponar necesitan una intervención.

AQUÍ Y AHORA creo jugamos demócratas contra totalitarios, es decir los que defendemos la Ley y el Estado de Derecho frente a quienes se la saltan. Y, aunque lamentablemente, llevamos unas horas asistiendo a innumerables incidentes, sobre todo en Cataluña, los demócratas hemos ganado, el Estado de Derecho ha vencido al totalitarismo, como no podía ser de otra manera. Saltarse la ley no sale gratis, te llames como te llames o seas quien seas. En España no se condena a nadie por sus ideas, sino por sus delitos. Con la sentencia del Tribunal Supremo al Procés se ha hecho justicia y se ha demostrado que la democracia española está sobre todas las cosas.

Ahora, toca cumplir con la segunda parte, la más importante si cabe. Toca que no haya privilegios políticos de ningún tipo. Sánchez tiene que estar a la altura y no conceder indultos a quienes han dado un golpe a la democracia y han intentado romper España. Así que hablemos con propiedad, no hay presos políticos sino políticos presos.

*Portavoz de Ciudadanos en la Diputación y concejala en el Ayuntamiento de Benicàssim