Ya hace prácticamente un año que la mayoría de las poblaciones con convenios con las desaladoras de Moncofa y Oropesa firmamos los acuerdos transitorios. Un año ya de las prisas, del Gobierno de Pedro Sánchez, por la puesta en marcha ante el temor de que la UE pidiera la devolución de más de 30 millones en ayudas. Un año en el que el Gobierno de Pedro Sánchez se comprometía a la búsqueda de nuevos usuarios para la desaladora. Un año más en blanco.

La desaladora de Moncofa se ha puesto en marcha. Si, Moncofa, con sentido de estado, facilitó la puesta en marcha de la desaladora bajo ese compromiso la búsqueda de nuevos usuarios. En este primer año ha estado en funcionamiento lo imprescindible y suficiente para no provocar la devolución de los más de 15 millones de fondos europeos, sin embargo, el Gobierno central no ha cumplido. La desaladora de Moncofa se construyó sin tener usuarios suficientes, un 30% de su capacidad de producción no está conveniada, y antes de empezar su construcción tanto Moncofa como Xilxes advirtieron que los volúmenes necesarios de agua serían muy inferiores a los conveniados.

Sin embargo, las desaladoras eran el buque insignia del Plan Agua de Zapatero y de la entonces ministra, Cristina Narbona, y debían seguir adelante. Ahora casi 15 años después de la firma de los convenios, la desaladora de Moncofa está en funcionamiento, sí, pero a un 0,09% de su capacidad.

Casi 15 años después, el estado es incapaz de encontrar nuevas poblaciones que se quieran sumar al agua desalada, y es normal si para convertirte en potencial usuario debes hipotecarte por 25 años. Por ejemplo, ¿cómo se va a conectar una población si por ello tiene que pagar 500.000 euros anuales durante 25 años, aunque no llegue a demandar un solo litro de agua desalada?

Si el Gobierno de España no asume el coste total de la construcción y las poblaciones solo pagan por el agua consumida, no habrá salida; y no se está pidiendo ni mas ni menos lo que se ha hecho en otras comunidades.

Llegados a este momento, el Gobierno debe plantearse perder o perder más. O se queda la desaladora a un mínimo funcionamiento o se es valiente, asumiendo el coste de construcción, y se facilita la incorporación de nuevos usuarios que minimizarán las pérdidas que se producen año tras año.

*Alcalde de Moncofa