Querido/a lector/a, esta reflexión tiene que ver con la desavenencia entre los ediles del PSPV-PSOE y los de Compromis en el Ayuntamiento de Castelló. Es, pues, un comentario que surge del atrevimiento y de la preocupación. Del atrevimiento, porque no tengo el pulso diario de esa relación ni conozco el articulado del Acord de Fadrell y que aparece como el marco del entente político entre los concejales del PSPV-PSOE y Compromis. Y desde la preocupación que surge de ver que, si bien el acuerdo es necesario al ser sinónimo de gobierno de participación y de progreso, de defensa del bien común y de la mayoría, aún aparecen desajustes en el pleno municipal y opiniones en las que se habla de deslealtad y se apela a reconsiderar los pactos.

Mi impresión es que la izquierda del Ayuntamiento debe tener conciencia de que gobernar en coalición no es fácil. Partido viene de parte y cada uno tiene una identidad que, en más de una ocasión, se va a querer, y habrá que dejar que aparezca, sin cuestionar la unidad en lo esencial. Y en alguna ocasión, el partido mayoritario tiene que ser algo agradecido porque no es raro, sino habitual, que el esfuerzo del necesario partido minoritario suele beneficiar a quien regenta la Alcaldía. En última instancia hay que reafirmar que el pacto, más que un derecho de los partidos es un deber en beneficio de la sociedad. Así es que, en principio, las primeras palabras ante las dificultades no deben ser las de acusar al otro o dudar del acuerdo, sino las de dejar constancia de que por su importancia social habrá que esforzarse más. Y si hay que romper, que no sea por una chorrada, ni por buscar protagonismo o situar los intereses partidistas por encima de los derechos de los ciudadanos. El precio es demasiado alto.

*Analista político