Cuando conocí por primera vez al Padre Ricardo me llamaron poderosamente la atención sus pies. Era un día de invierno, de los pocos que hace frío en Castellón, y los llevaba desnudos en unas humildes sandalias. Me explicó que había decidido calzar así porque quería sentir en su propia piel lo que sienten y sufren los más necesitados, aquellos a los que el Padre Ricardo ha dedicado toda su vida. Me dio un latigazo el corazón... Desde entonces, este hombre humilde ha sido, y es para mi, un ejemplo a seguir, un ejemplo de generosidad.

Ricardo García lleva años realizando una labor social realmente magnífica. Un trabajo que le ha hecho merecedor de un justo prestigio en nuestra ciudad por su entrega abnegada hacia los más vulnerables. Con él colaboran de manera altruista muchos castellonenses entre los que se encuentra su propia hermana María Ángeles y cada día su comedor se llena personas necesitadas a quienes les atiende sin ninguna distinción. Desde el Ayuntamiento de Castellón, y en la medida de sus posibilidades, todos los gobiernos municipales populares han presupuestado líneas de ayuda a la Fundación OSIM (Obra Social de Integración del Marginado). Y lo han hecho sin interés alguno, sin falsa modestia, sin focos ni excesos y con humildad. Una actitud muy diferente a la que ha demostrado la alcaldesa socialista desde que llegó al despacho de alcaldía. Amparo Marco ha pretendido obtener rédito electoral y para ello ha maquinado todo tipo de estrategias que le dieran buenos titulares de prensa. Así, anunció a bombo y platillo que el dinero destinado al obsequio que todos los años recibían las reinas de la Magdalena, esto es, unos rollos de repostería, se iba a dar al comedor del Padre Ricardo. Tampoco tuvo rubor de decir públicamente que todos los obsequios que recibiera como alcaldesa en el palco durante el día del Pregó se los cedería al Padre Ricardo. Los obsequios fueron dos lechugas y unas coles... Pero lo que me ha dejado atónita esta semana ha sido conocer, ahora no por los medios como las noticias anteriores sino por el trabajo de fiscalización que hacemos desde la oposición, que la misma alcaldesa de los rollos y las lechugas decidía quitarle 17.000 euros de la aportación anual que tenía presupuestada la Fundación OSIM. Dicen desde el gobierno que no han podido suscribir el convenio con la organización y a mi me parece una burda excusa de quienes venían a rescatar personas...

Lo conocí descalzo y humilde y por eso estoy segura de que el Padre no protestará y cada día hará realidad el milagro de los panes y los peces... descalzo y humilde. H

*Portavoz del Grupo Municipal Popular en Castellón