La Comisión Europea ha presentado estos días pasados un informe social según el cual Bruselas alerta del alto nivel de desigualdad y pobreza en España, pese a la recuperación, situándolo entre los más altos de la UE. Se critica la temporalidad y una política social «inconsistente», con menor poder de redistribución que en el resto de los países comunitarios. Al parecer, el nuestro se ha convertido en el paradigma del éxito de los recortes y las reformas.

La recuperación a nivel macroeconómico es un hecho, pero la cara B de la moneda es otra: Las vulnerabilidades de España son, básicamente, los niveles de deuda pública, privada y exterior, y tan elevados que pueden poner a España en dificultades si los tipos de interés suben. El ejecutivo español, según Bruselas, ha hecho los deberes a medias.

Aparecen nuevos vocablos entre la población tales como «sinhogarismo», «aprofobia», es decir falta de empatía hacia el pobre, «desigualdad salarial», sobretodo entre los jóvenes. Bruselas alerta de que la recuperación no es a todos los niveles igual, haciendo que el riesgo de pobreza creciente sea mayor.

Dice el informe: «La situación social mejora en España, pero tanto la desigualdad como el riesgo de pobreza siguen siendo muy elevados». «El uso generalizado de contratos laborales temporales afecta negativamente a la productividad y a la desigualdad, especialmente entre los jóvenes y los trabajadores de baja cualificación».

El informe critica los escasos avances de España en los incentivos para los contratos fijos y se hace hincapié en la alta tasa de abandono escolar, pobreza infantil y paro juvenil. Existen más datos, pero considero que no hay más que acercarse a los servicios asistenciales, para darse cuenta de la realidad. El 27,9 % de los españoles están en riesgo de pobreza.

*PSPV-PSOE Castellón