Así es como se siente un gobierno sin rumbo, sin ideas y sin proyecto. Como el conductor que no ha sido capaz de fijar el destino en el navegador y conduce desorientado, sin saber a dónde va, porque la única información que recibe de la pantalla es el lugar en el que está. Así se siente la alcaldesa socialista de Castellón y su equipo de gobierno mestizo, descarriados.

Un claro ejemplo de lo que estoy diciendo, aunque no es el único, lo encontramos en la errante política turística que está practicando la izquierda. Y no es algo baladí. Pensemos que el turismo aporta el 13% del Producto Interior Bruto regional y genera el 13,4% del empleo. Un sector económico estratégico para Castellón que vive un momento crucial para su despegue con la puesta en marcha del aeropuerto y la inminente llegada del AVE. Pues bien, lejos de aprovechar esa coyuntura y subirse a la ola redoblando los esfuerzos para maximizar los resultados, el bipartito reduce el presupuesto destinado a Turismo, descuida la imagen de nuestras playas, abandona a su suerte elementos que poseen un innegable atractivo turístico como el quiosco de la Paz, acumula un despropósito detrás de otro y para colmo, contrata a una empresa para que elabore un plan estratégico que les marque el rumbo y va y descubrimos que lo ha copiado casi íntegramente de un plan del País Vasco. Sin comentarios…

Pero por si les parece poco, desde el Grupo Municipal Popular hemos averiguado que entre la propietaria de esta empresa y altos cargos del Partido Socialista y miembros del equipo de gobierno existe una estrecha relación por la cantidad de años y dinero --330.000 euros para ser exactos-- que esta mujer ha acumulado a cargo de los distintos gobiernos socialistas de Benicàssim. En definitiva, es tan irrelevante el sector turístico para Amparo Marco que en lugar de ponerse a elaborar su estrategia de la mano de los profesionales de la casa (como hacíamos nosotros con un Plan de Acción de Turismo Anual cuyo grado de cumplimiento alcanzaba el 95%) lo encarga a una empresa amiga y tramposa que nos cobra 17.000 euros a todos los castellonenses. Pero este no es el único ejemplo porque a la deriva se encuentran también en materia de empleo. Ni una sola propuesta después de 10 meses salvo el encargo, de nuevo, de un plan estratégico adjudicado por 12.000 euros y del que todavía no tenemos conocimiento. Turismo y empleo son dos ejemplos de la inacción política de este gobierno desnortado, pero no son los únicos, y es una verdadera pena que nadie le fije el destino al navegador. H

*Portavoz Grupo Municipal Popular de Castellón