Ciudadanos propuso en el Congreso la tarjeta sanitaria única para que los españoles puedan ser atendidos en igualdad de condiciones, con los mismos derechos y las mismas prestaciones en cualquier lugar del país. La sorpresa llegó cuando PSOE, Podemos y Compromís, así como el resto de nacionalistas votaron en contra. Debe ser que, para ellos, el hecho de que cualquier español pueda tener sus recetas, ser atendido y poder continuar sus tratamientos sin burocracia en un sitio u otro no les parece importante.

Tal vez, solucionar los problemas de los «desplazados» --así nos llaman cuando por trabajo o vacaciones nos movemos dentro de España-- no sea márketing, ni dé para un buen pie de foto, pero sí es sin duda política útil y que afecta al día a día de las personas. Es injusto y casi impropio que en un sistema democrático y con una sanidad pública única en el mundo, cruzar nuestro país suponga dificultades en el acceso a la asistencia sanitaria, promoviendo así las desigualdades entre territorios.

Por ello, desde Ciudadanos apostamos por una tarjeta sanitaria única para cohesionar y vertebrar el Estado del Bienestar, que permita el acceso a los servicios y prestaciones en igual de condiciones y que cuente con una sola historia clínica digital. Es necesario, pues, acabar con un Sistema Nacional de Salud alentado por el bipartidismo, que ha causado una división en diecisiete compartimentos autonómicos descoordinados y una pugna entre administraciones, perjudicando directamente al ciudadano. Ningún español tiene ni puede ser un desplazado en su país: Cs no lo va a permitir. Nuestro modelo es el de una España de ciudadanos libres e iguales. Y esto incluye también la Sanidad que, evidentemente, debe ser universal, pero también igual entre españoles.

*Diputada de Ciudadanos en el Congreso por la provincia de Castellón