Si por algo se está caracterizando el Ayuntamiento de Vila-real en esta nueva legislatura es, sin duda, por los impagos. No solo con los proveedores, sino con el cumplimiento de las obligaciones que tiene ya que el Ayuntamiento sigue atrapado en el gasto excesivo que Benlloch hizo antes de las elecciones municipales.

Una prueba de ello es que el Ayuntamiento de Vila-real es de los pocos que todavía no ha pagado la ayuda a los libros prometida el 1 de septiembre de Xarxa Llibres. Una ayuda que corresponde a las familias de Vila-real y que, mientras los otros ayuntamientos, ya han pagado, en nuestra ciudad seguimos esperando. Pese a tener el dinero de la Diputación, que ha sido la primera administración en cumplir con este programa, así como de la Generalitat, el descontrol financiero de Benlloch y los suyos hace que no se puedan pagar las ayudas. Lo mismo sucede con las subvenciones a entidades sociales, que acumulan importantes retrasos en el cobro de sus ayudas.

A ello se suma el retraso en el pago que sufren los pequeños proveedores, empresarios y autónomos y que queda en evidencia en cada pleno. En el reino de Benlloch parece que hay dinero para comprar el Gran Casino y no para cumplir con los ciudadanos de Vila-real.

El alcalde debería saber que primero son las obligaciones y, después, el lucimiento. Eso es lo que distingue a un buen gobernante de otro que solo vive en busca del eco mediático. H

*Portavoz del PP en Vila-real