El domingo se celebró el Día Mundial del Turismo más atípico en décadas. Los datos como consecuencia de la pandemia del coronavirus son desalentadores en todos los sentidos.

El turismo es el sector que más riqueza aporta a España y uno de los grandes motores de la Comunitat Valenciana y de nuestra provincia, que este verano ha perdido casi la mitad de sus viajeros. Esta industria, que representa un 14 por ciento del PIB nacional, es la segunda en generar mayor empleo y alimenta a 2‘5 millones de familias, siempre ha tirado del carro cuando estábamos en números rojos.

Apostar por el turismo siempre ha sido apostar por el caballo ganador. Quizás, eso haya sido nuestra principal fortaleza, pero también nuestro gran error. Se suele decir que España vive del turismo. Y ello no es algo de lo que debamos avergonzarnos, al contrario. El turismo también es una expresión de nuestra cultura, nuestras tradiciones y nuestra identidad. Sin embargo, esta crisis inesperada nos está obligando a mirar más allá.

Salir de eso que llaman ahora la zona de confort, pero que de toda la vida ha sido lanzarse a la piscina. El sector tiene que reinventarse y adaptarse a una nueva era que ha venido para quedarse. Pero no puede ni debe hacerlo solo, necesita la ayuda y el apoyo de la administración para trazar ese nuevo plan. Un apoyo real, más allá de titulares y luchas políticas que garantice un horizonte robusto y lleno de oportunidades. Porque la recuperación pasa inevitablemente por reactivar esta industria, aunque sea con una nueva cara y mentalidad. No se trata, así pues, de destinar todos los fondos ni la atención, porque son muchos los españoles que están sufriendo los estragos del coronavirus, pero sí de darle la importancia que requiere en su justa medida.

Lo que no puede suceder es que siquiera pidamos las ayudas a la UE. Es decir, mientras ya hay otros estados que han presentado su plan para recibir estas subvenciones, el Gobierno de Sánchez sigue más pendiente de disputas internas y/o de contentar a sus socios independentistas con indultos, que de salvar la economía.

Esta mentira de Sánchez, otra más, fue destapada gracias a mi compañero el eurodiputado, José Ramón Bauzà , que a diferencia del presidente del Gobierno, trabaja por el bienestar de su país y no por el suyo propio.

Ni ayudas fantasmas, ni medidas internas concretas, ese es el balance del Gobierno central. En cambio, desde Ciudadanos sí que escuchamos a la industria y les ofrecemos alternativas, por ello hemos solicitado mantener los ERTE, la exención de cuotas de la seguridad social, reforzar y ampliar las líneas de avales o la bonificación del 50 por ciento de las cuotas de los trabajadores.

A nivel local, en Benicàssim, hemos sido pioneros en aprobar una línea de ayudas de 3 millones de euros para autónomos y PYMES, en consolidar el proyecto de Benicàssim saludable y en seguir avanzando como Destino Turístico Inteligente, no sin perder nuestra esencia para que venir Benicàssim se convierta en una experiencia y no en un simple viaje. H

*Portavoz de Ciudadanos en la Diputación Provincial y teniente alcaldesa de Benicàssim