Llevo más de diez años escribiendo artículos de opinión. Primero en el diario Levante y más tarde en el periódico Mediterráneo. No sé cuántos habré escrito. Cientos, tal vez mil. Y debo reconocer que ninguno me ha llenado tanto como los que estoy escribiendo estos días. El diario de un confinado me ha permitido abordar mi lado más íntimo. Valoro la actualidad, obviamente, como no puede ser de otra forma, pero también hablo de mi vida privada. De mi cara más familiar.

El calor de los lectores no se ha hecho esperar. En un mes he recibido docenas de mensajes, llamadas y felicitaciones. Tanto de personas a las que ya conocía como de vecinos de esta bendita tierra con los que no había tenido la menor relación.

Empresarios, funcionarios, políticos, trabajadores autónomos, hoteleros, restauradores, jubilados, trabajadores por cuenta ajena, estudiantes, directivos, peones de obra, escritores, pintores, sanitarios… Todos me han felicitado por esta visión diaria, ácida, crítica, reivindicativa, sarcástica a veces e irónica siempre, comprometida y sobre todo sincera.

Estoy disfrutando mucho relatando el día a día de mi cuarentena. Incluso he descubierto alguna que otra cosa sobre mí mismo. Y todo ello gracias a los lectores del periódico Mediterráneo, que son legión. Gente buena entre la buena gente.

Así pues, quiero acabar este artículo agradeciendo a esos lectores todo el cariño que me están brindando. ¡Millones de gracias!

*Escritor