Las autoridades españolas están trasladando a los ciudadanos tal ensalada de mensajes contradictorios o insuficientes que provocan un desconcierto nada recomendable en tiempos de pandemia.

Antes, el estado de alarma estaba mal para algunos; los mismos que ahora reprochan al Gobierno central su nula implicación en la lucha contra el coronavirus. Antes, era necesario el mando único para otros; los mismos que ahora abandonan a su suerte a las Comunidades Autónomas. Antes, había que evitar los hacinamientos en interiores y ahora, se cierran parques públicos y no se toman medidas para aligerar la hora punta en el transporte público.

Hace algún tiempo se nos dijo que habíamos derrotado al virus, que podíamos hacer turismo nacional y animar el cotarro. Ahora, se nos recomienda quedarnos en casa. Se nos recomienda, cuando ya hemos visto que eso no es siempre suficiente. Nadie quiere asumir el coste político y económico de las decisiones drásticas. Los ciudadanos ya no tenemos certeza sobre qué decisiones se toman por criterios sanitarios y cuáles responden a la necesidad de evitar un desastre electoral.

*Periodista