Querido lector:

Exponemos claramente hoy en Mediterráneo cómo el emblema del gran modelo inmobiliario de la primera década del siglo XXI en la provincia (como en el resto de la costa mediterránea), el modelo del PAI urbanístico basado en el campo de golf rodeado de urbanizaciones, prácticamente ya no existe en Castellón. El boom del ladrillo en la provincia en realidad no fue ese, pero sí ocupó el top ten del imaginario colectivo que ahora recordamos de la época por sus cifras millonarias en metros de suelo y en inversiones futuribles. Si no recuerdo mal, hubo momentos en que se llegaron a tramitar en un mismo periodo más de 25 PAI de estas características. Una aberración insostenible se mirase por donde se mirase, en cuanto a su número y en cuanto a su viabilidad particular. Pero como había bancos que respaldaban los proyectos (más arriesgados que serios) de promotores y había créditos hipotecarios fáciles que posibilitaban una alegría económica... todo era factible. Y lo fue por un periodo de tiempo hasta que la burbuja explotó.

Y como digo, aunque el negocio inmobiliario que sí floreció no respondió a ese modelo (la verdad es que se dirigió más hacia la construcción residencial en la playa y hacia el crecimiento urbano de las poblaciones), su desmesura efectista fue tal que prostituyó incluso su propia viabilidad. Tres o cuatro proyectos de golf podrían haberse plasmado en una provincia con condiciones para ello... pero 25 ó 30, ni por asomo. Fue tal el empacho imaginario y tal el trasiego de transacciones de suelo que hoy no hay ninguno en marcha y los que sobreviven a duras penas pueden sostener la ilusión de un futuro con inversión extranjera, la única factible en este periodo.

No obstante esta realidad falsamente excusada en el golf, Castellón sigue siendo destino de turismo de este deporte con las dos instalaciones existentes, principalmente la de Sant Jordi. Más de 60.000 golfistas turistas visitan Castellón por este motivo, lo que indica su potencialidad... la de verdad, la del deporte. La de la construcción inmobiliaria deberá, si puede, ir por otro camino.