El sábado, Israel volvió a bombardear Gaza como respuesta a un ataque contra cuatro soldados israelíes que resultaron heridos. Años ininterrumpidos de ofensiva militar y décadas de ignominia hacia la población palestina. 5.300.000 de personas llevan 70 años esperando un reconocimiento a su situación y una solución. Ahmad Abu Omra tenía 3 años y necesitaba salir de Gaza para recibir el tratamiento que le permitiera sobrevivir a su enfermedad, sin embargo, no obtuvo el permiso y murió en lenta agonía hace solo unos días.

Según la OMS, 54 personas han perdido la vida en 2017 esperando la autorización israelí para ser evacuados de Gaza y recibir tratamiento médico. Así comienza un reciente artículo de Raquel Martí, directora en España de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA). Otro dato escalofriante que aporta es el incremento de los suicidios, sobre todo jóvenes, en un 160%. Quitarse la vida es la única salida a tanto sufrimiento, lucha y frustración. Raquel Martí acaba de visitar las instituciones autonómicas para sumar apoyos y ha advertido, entre otros aspectos, que el 60% de los jóvenes está desempleado y los menores de 9 años han sobrevivido a tres guerras. Generaciones de palestinos sin esperanza, abandonados por la comunidad internacional.

Asimismo, la menor Ahed Tamimi está siendo juzgada por un tribunal militar, a puerta cerrada, por abofetear a un solado israelí. Todo apunta a que será condenada por humillar al todopoderoso sistema de represión que ocupa ilegalmente los territorios palestinos desde 1967. La sonrisa de Ahed es la mejor respuesta de una mujer joven que no ha conocido ni paz ni libertad.

La población palestina habita la cárcel más grande del planeta, una prisión sin derechos ni servicios, excepto los que presta UNRWA. En las cinco áreas de acción de la agencia de la ONU, Jordania, Siria, Líbano, Gaza y Cisjordania, trabajan 33.000 palestinos que perderían su empleo. Trump ha decidido reducir drásticamente el apoyo económico de EEUU a UNRWA, decenas de millones de dólares que ha preferido destinar al empoderamiento de Israel y al apartheid contra Palestina. Es el momento de la UE frente a Trump, el hombre que quiere poseer y «salvar» el mundo y que está moviendo peligrosamente los hilos de Oriente Próximo.

*Periodista