Mucho se está especulando sobre si Felipe VI debería hacer alusión a los asuntos de su padre en el tradicional discurso de Nochebuena. En mi opinión, sería incomprensible que no lo hiciera. Una cosa es que el papel de la monarquía tenga que ser neutral y otra muy distinta es que se muestre fuera de órbita. El rey emérito ha tenido que ponerse al día con Hacienda; es decir, ha admitido que no pagó todos los impuestos e incurrió en graves irregularidades. Es un comportamiento inadmisible en cualquier caso, pero en el suyo, igual que en el caso del resto de representantes públicos, más. Uno de los aspectos esenciales para mantener el respeto a la institución es ser ejemplar. No caben atajos. Puesto que lo que hizo el rey Juan Carlos es algo que afecta a los intereses de todos los ciudadanos, Felipe VI tiene que afrontarlo de manera clara. Entiendo que sea personalmente doloroso, pero también es evidente que las monarquías solo perduran en el tiempo si ponen la institución por encima de los intereses individuales. El rey no debería emular el discurso de algunos partidos, como PP y Vox, que reducen la regularización fiscal al ámbito privado y sostienen que todo lo que ahora se sabe, y que tanto sonrojo nos produce, no debe empañar su papel en la transición y su legado. Con esa teoría, parecen querer decir que el fraude fiscal no es algo tan grave y que si has hecho algo bueno en tu vida, lo malo ya no cuenta. El legado es todo y el rey emérito es en gran parte responsable de cómo está quedando el suyo. Es obvio que Felipe VI se juega el futuro de la institución básicamente por los comportamientos de otro, pero ignorando el escándalo, éste no desaparece. Al contrario, se va haciendo bola. Aunque sea, podría decir que aprendamos de las mejores personas que nos deja el año, no de las peores, y que sin impuestos, no hay sanidad pública. Y que espera que los ciudadanos confíen en él, porque cada uno debe ser juzgado por sus hechos. Y que no va a hacer como su padre, que el 24 decía una cosa («la ley es igual para todos», «hay que corregir los abusos con firmeza») y el 25 estaba haciendo otra. H

*Periodista